Al parecer, el romance diplomático entre Colombia y Estados Unidos ha terminado en la fase de “necesitamos hablar”. La Cámara de Representantes de EE.UU., a través de su Comité de Asignaciones, decidió darle un tijeretazo del 50% a la ayuda que tradicionalmente le enviaba al Gobierno colombiano, justificando su decisión en una mezcla de desilusión, sospechas y lo que muchos llaman diplomáticamente “preocupación”.
La propuesta para el presupuesto 2026 es clara: 209 millones de dólares, divididos entre seguridad nacional, lucha antidrogas y apoyo a las fuerzas armadas. Aunque más que una ayuda, parece un paquete de «tutela vigilada».
Pero lo más jugoso no está en los números, sino en las palabras. El informe revelado por El Tiempo no escatima en críticas: acusan al Gobierno Petro de ser poco efectivo con la ayuda gringa, de tener políticas “perjudiciales”, de comportarse de manera “errática” y —ojo al dato— de tener “relaciones malignas”. ¿Aliados poco santos? ¿Amigos incómodos? Usted haga sus apuestas.
Y si esto fuera poco, el documento lanza una bomba más: alerta sobre un «aumento del consumo de drogas en Colombia», con énfasis especial en los “niveles más altos del Gobierno”. ¿Indirecta directa? ¿Error de traducción? ¿O alguien vio más de lo que debía en los pasillos del poder? Lo cierto es que no hay nombres, pero sí muchas cejas levantadas.
También aprovecharon para mencionar la inestabilidad política en el país, el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay y, cómo no, expresar su desconcierto por la forma en que se lleva la investigación judicial contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Porque si algo no soporta el Tío Sam, es que se metan con sus amigos.
La advertencia final es contundente: ni un dólar saldrá del Capitolio si antes el Secretario de Estado —Marco Rubio, quien ha adoptado con entusiasmo el papel de fiscal moral de América Latina— no entrega un informe completo sobre el Gobierno Petro y sus políticas.
En resumen: menos plata, más desconfianza, y una lista creciente de reproches. ¿El motivo? Parece que la “confianza mutua” se esfumó… tal vez con el humo.