lunes, julio 21, 2025

Desde las cárceles, el crimen no descansa: incautan 18 celulares usados para extorsión y homicidios

Desde pequeñas celdas en centros penitenciarios de máxima seguridad, el crimen organizado sigue operando como si nada. Así quedó en evidencia tras un operativo reciente del Gaula de la Policía Nacional, que dejó al descubierto cómo los jefes de estructuras criminales continúan dirigiendo sus negocios desde prisión.

Fueron 18 celulares los incautados en cárceles de Valledupar (Tramacúa), La Dorada (Caldas) y El Bosque, en Barranquilla, en una operación silenciosa pero estratégica. Los teléfonos no eran simples medios de comunicación: eran oficinas portátiles del delito.

Uno de los hallazgos más sensibles ocurrió en La Dorada, donde fue encontrado un celular en poder de Carlos Alberto Ortiz Blanco, alias Cachete. A pesar de estar tras las rejas, las autoridades lo señalan como uno de los principales dinamizadores de extorsiones en barrios tradicionales como San Roque, Montes, Chiquinquirá y el Centro de Barranquilla.

En Valledupar, en la temida Tramacúa, fue ubicado Alfredo Peralta Estupiñán, alias Otón, considerado el hombre de confianza de Castor, el cabecilla del grupo criminal Los Costeños. Le fueron incautados un celular y dos agendas con anotaciones que podrían revelar estructuras, rutas de dinero y posibles víctimas.

Pero fue en la cárcel El Bosque, en el corazón de Barranquilla, donde se halló el mayor número de dispositivos: 16 teléfonos celulares que, según los investigadores, servían para coordinar extorsiones y posiblemente ordenar homicidios en la ciudad.

Las autoridades han establecido que los internos no solo hacen llamadas para intimidar a comerciantes o ciudadanos del común. Desde la cárcel se planifican cobros, amenazas, asignación de zonas de influencia, y hasta seguimientos para posibles atentados. Alias Otón, por ejemplo, seguiría operando con apoyo externo en sectores como San Roque y la zona centro, rindiendo cuentas directamente a Castor.

Este operativo forma parte de una ofensiva más amplia. Según la Mebar, en lo que va del 2025 se han realizado 11 allanamientos en cárceles de Barranquilla, con un total de 119 celulares incautados. Solo en El Bosque se han intervenido seis veces este año.

“La idea no es solo quitar celulares, sino cortar el vínculo entre los cabecillas presos y las calles que siguen aterrorizando”, indicó una fuente policial bajo reserva.

Aunque los operativos golpean momentáneamente la capacidad de coordinación de estas bandas, la realidad es contundente: en Colombia, muchas cárceles han dejado de ser centros de reclusión para convertirse en centros de mando criminal.

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