Habitantes del suroccidente de Barranquilla alzaron su voz de preocupación ante una situación que aseguran se ha salido de control: el canal del arroyo ubicado en la calle 108 con carrera 32 se ha transformado en un basurero a cielo abierto debido a la acumulación indiscriminada de desechos.
Según denuncian los residentes del sector, personas inescrupulosas, entre las que se encuentran recicladores informales, habitantes de calle y carromuleros, están arrojando diariamente toda clase de basuras y desperdicios en el canal y sus alrededores, sin que haya un control efectivo por parte de las autoridades ambientales o de aseo.

“Esto es un foco de contaminación y un riesgo inminente ahora que llegan las lluvias. Si ese canal se tapa, aquí nos inundamos todos”, expresó María Teresa, vecina del sector.
Los denunciantes aseguran que la situación ha sido puesta en conocimiento de las entidades correspondientes, pero hasta la fecha no se han tomado acciones contundentes para frenar esta práctica ni para implementar estrategias de vigilancia o limpieza permanente.
Un problema ambiental y de salud pública
La acumulación de basura no solo afecta la estética del sector, sino que también representa un grave problema ambiental y de salud pública, al atraer roedores, insectos y generar malos olores. Asimismo, los residentes temen que el canal colapse en época invernal, provocando inundaciones y emergencias que podrían evitarse con prevención oportuna.
Desde este espacio, hacemos un llamado a la Alcaldía Distrital, la Oficina de Servicios Públicos, la Triple A y la Policía Ambiental para que se realicen operativos de control y campañas de concientización en la zona, así como la instalación de señalización que prohíba el arrojo de residuos.
Los habitantes del suroccidente reclaman que su entorno no sea condenado al abandono ni a la insalubridad, y piden con urgencia una intervención integral que dignifique su calidad de vida.