Lo que para muchos es un espacio de recreación, comercio y encuentro, para otros se ha convertido en una fuente de molestias. En el corregimiento de Bonda, en Santa Marta, varios establecimientos comerciales fueron inspeccionados por la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) y la Policía Nacional, debido a quejas de la comunidad por altos niveles de ruido y mal manejo de residuos.
La visita, realizada como parte de un operativo de control ambiental, permitió constatar lo que muchos vecinos ya venían denunciando: el uso excesivo de equipos de sonido tipo pick-up, cuyos decibeles superaban los límites permitidos, afectando la tranquilidad del entorno.
Como medida inmediata, las autoridades ordenaron la suspensión de los equipos más contaminantes. Pero el ruido no fue el único hallazgo preocupante. En varios locales también se evidenció una inadecuada gestión de residuos sólidos, con acumulación de basura y malas prácticas de disposición, lo que representa un riesgo sanitario y ambiental para la comunidad.
Corpamag recordó a los comerciantes la obligación de contar con permisos ambientales vigentes, ajustados a la actividad económica que realizan, así como adoptar prácticas sostenibles que reduzcan su impacto en el ecosistema local.
“Este tipo de intervenciones buscan generar conciencia, pero también acciones concretas para proteger el ambiente y la calidad de vida de los habitantes de Bonda”, señalaron funcionarios presentes en la inspección.
Las autoridades anunciaron que continuarán con este tipo de controles en otras zonas rurales y urbanas de Santa Marta, con el objetivo de frenar la contaminación acústica y mejorar las condiciones ambientales del territorio.
