Entre aplausos, símbolos y orgullo estudiantil, la Institución Universitaria de Santa Marta – USM dio inicio a su travesía con motivo de los 500 años de la ciudad. Lo hizo a través de un acto lleno de emoción y sentido, donde presentó oficialmente su iniciativa “Capitanes USM – Travesía de los 500 Años”, como parte de la agenda de la Fiesta del Mar 2025.
El evento, que tuvo lugar en el auditorio de la Megabiblioteca, se convirtió en un punto de encuentro entre generaciones, saberes y proyectos. Estudiantes, docentes, autoridades distritales y representantes culturales se dieron cita para acompañar este momento, en el que la USM reafirmó su compromiso con la educación, la cultura y la inclusión en el desarrollo de la ciudad.
La protagonista de la tarde fue Alejandra Rincón Portillo, estudiante de segundo semestre del programa Técnico Laboral en Marketing Digital y Redes Sociales, quien fue presentada como la primera Capitana USM. Con voz firme y mirada esperanzada, Alejandra asumió el reto de representar a su comunidad académica durante las celebraciones oficiales del medio milenio de Santa Marta.
En un gesto cargado de simbolismo, la rectora Joceline Azar Nigrinis y el secretario general Juan Canchano le entregaron el quepis y la banda que la identifican como portavoz de los valores institucionales: liderazgo, compromiso y amor por el territorio.
“Ser capitana del legado no es un título, es un compromiso con la ciudad, con la comunidad y con el ejemplo”, expresó la rectora durante su intervención, en la que también destacó la necesidad de formar no solo profesionales, sino ciudadanos activos y conscientes.
La jornada incluyó una presentación artística del colegio IED La Paz, que emocionó a los asistentes con un recorrido por la historia y el alma de Santa Marta. También se contó con la participación de Santiago Acosta, del equipo de Extensión de la USM, quien será uno de los enlaces clave entre la universidad y las actividades culturales de la ciudad.
“Capitanes USM” no es solo una iniciativa institucional; es una metáfora viva de lo que significa navegar con propósito. Es un llamado a la juventud samaria a sumarse al legado de su ciudad desde la educación, el arte y la acción colectiva. Una travesía que apenas comienza, pero que ya deja huella.
