Ni las zonas residenciales del norte de la ciudad se salvan de la creciente ola de inseguridad que azota a Barranquilla. El barrio Paraíso fue escenario de un nuevo y preocupante hecho delictivo que quedó registrado en cámaras de seguridad y pone nuevamente sobre la mesa las dudas sobre la efectividad de la vigilancia y el control en sectores tradicionalmente considerados «seguros».
El pasado domingo 29 de junio, alrededor de las 3:00 de la tarde, tres delincuentes —dos hombres y una mujer— ingresaron sin forzar cerraduras a una vivienda ubicada sobre la carrera 74, entre calles 79 y 80, y durante varios minutos se movieron con total libertad por el inmueble, hurtando joyas, relojes y objetos de valor, mientras los propietarios se encontraban fuera de la ciudad.
En los videos captados por cámaras de seguridad internas se puede observar cómo los ladrones, con calma y sin mayor presión, revisan cajones, muebles y habitaciones. El accionar delictivo no duró más de 15 minutos, tiempo suficiente para vaciar las zonas clave de la vivienda y desaparecer sin dejar rastro.
El hecho fue descubierto horas después por familiares que acudieron a revisar la casa. La denuncia ya fue presentada ante las autoridades, y los videos entregados a la Policía Metropolitana de Barranquilla, que inició las investigaciones. Hasta el momento no se han reportado capturas ni recuperaciones de lo robado, cuyo valor total aún está por determinarse.
¿Dónde está la seguridad?
Lo que más ha indignado a los vecinos del sector es la falta de respuesta inmediata por parte de las autoridades, así como la facilidad con la que los delincuentes accedieron a la vivienda. “No rompieron puertas, no entraron por la fuerza. Sabían lo que hacían, parecían haber estudiado los movimientos de los residentes”, comentó un vecino que prefirió mantener el anonimato.
Este nuevo caso se suma a una larga lista de robos a residencias en el norte de la ciudad, una zona que, paradójicamente, suele contar con presencia de vigilancia privada y patrullajes esporádicos. A pesar de los constantes llamados ciudadanos, las cifras de hurtos a viviendas siguen en aumento, mientras el clamor por acciones contundentes crece.
“Los ladrones ya no temen las cámaras, saben que aunque los graben, es muy difícil que los capturen. Es frustrante”, añadió otro residente del sector.
Mientras tanto, las víctimas intentan recuperar la tranquilidad y esperar justicia, en una ciudad donde los hogares ya no parecen ser refugio seguro. La comunidad pide con urgencia mayor control, presencia policial real y efectiva, y sobre todo, respuestas.
