La música aún sonaba en las esquinas, y el ambiente festivo del puente festivo mantenía despierta a la ciudad. Eran cerca de las 11:30 p. m. cuando la calle 76 con carrera 7D, en el barrio El Bosque, se estremeció con el eco de varios disparos. En segundos, el bullicio se convirtió en gritos y confusión.
Diego Armando Santana, un joven de 22 años, cayó al suelo tras recibir dos impactos de bala, disparados desde una motocicleta por dos sicarios que no detuvieron su marcha. El parrillero fue quien apretó el gatillo, sin titubeos, y sin descender del vehículo.
Familiares y vecinos corrieron en su auxilio y lo trasladaron a toda velocidad a un centro médico cercano. Sin embargo, las heridas eran fatales, y en la madrugada de este lunes festivo se confirmó su fallecimiento.
La Policía Metropolitana llegó al lugar pocos minutos después del ataque, y más tarde, unidades de la Sijín realizaron las labores de inspección y recogieron los primeros elementos materiales probatorios. También se adelantaron entrevistas con testigos del hecho.
Este asesinato se convirtió en el segundo homicidio ocurrido esa misma noche en el sector, lo que ha generado alarma entre los residentes del suroccidente de Barranquilla.
Aunque los móviles del crimen aún son materia de investigación, las autoridades no descartan un posible ajuste de cuentas. Mientras tanto, en el barrio El Bosque reina el silencio, ese que solo deja una noche de muerte y miedo.