La Primera Dama, Verónica Alcocer, retornó a Colombia a mediados de junio luego de una estancia en Europa que incluyó varios días en la Embajada de Colombia en Estocolmo. Allí compartió tiempo con la abogada Carmen Larrazábal, amiga de muchos años y esposa del Embajador Guillermo Reyes.
Cabe recordar que, sin antecedentes políticos previos que los vincularan, el nombramiento del Embajador en Suecia contó con el respaldo fundamental del ministro de Transporte y del senador conservador Carlos Andrés Trujillo, quien apoyó a Gustavo Petro cuando su designación fue cuestionada por presuntas irregularidades en el cumplimiento de requisitos.
Tras su llegada al país, el pasado miércoles 18 de junio Verónica Alcocer utilizó uno de los aviones de la flota presidencial para trasladarse a Cartagena, donde ejerció como anfitriona en la Casa de Huéspedes Ilustres. Esta es una de las tres residencias oficiales de la Presidencia de la República, administrada por su amiga Carolina Plata, quien recibe honorarios mensuales por alrededor de 20 millones de pesos.
Durante su estadía en Cartagena, la Primera Dama aprovechó para retomar la relación con su hijo Nicolás Petro, con quien había tenido un distanciamiento a raíz de problemas judiciales y su separación de Day Vásquez, la primera esposa de Nicolás. Vásquez acompañó a su entonces pareja en la posesión presidencial en agosto de 2022.
Nicolás Petro, que enfrenta actualmente un juicio por enriquecimiento ilícito y lavado de activos, se desplazó desde Barranquilla, donde reside con Laura Ojeda y su hijo pequeño. Gracias a un permiso especial concedido por la Fiscalía y la defensa de su abogado Alejandro Carranza, ha podido movilizarse con libertad dentro del país, viajando no solo a Cartagena, sino también a su natal Ciénega de Oro y Bogotá. Su proceso penal continúa en curso, con la restricción de no poder salir del territorio nacional.