Tras la reciente serie de ataques de Israel contra Irán, que el Estado hebreo justificó como una medida para evitar que Teherán alcanzara un «punto de no retorno» en su programa nuclear, evaluaciones de inteligencia de Estados Unidos revelan una perspectiva diferente sobre la proximidad de Irán a una bomba atómica.
Fuentes familiarizadas con la evaluación de inteligencia estadounidense indican que Irán no solo no estaba buscando activamente un arma nuclear, sino que además se encontraba a hasta tres años de poder producirla y entregarla. Un funcionario estadounidense señaló que, hasta el momento, los ataques aéreos israelíes podrían haber retrasado el programa nuclear iraní en tan solo unos meses. Aunque Israel causó daños significativos a las instalaciones de enriquecimiento en Natanz, el segundo centro, Fordow, permanece prácticamente intacto y expertos en defensa afirman que Israel carece de la capacidad para dañarlo sin armamento y apoyo aéreo específicos de Estados Unidos.
Brett McGurk, exdiplomático de alto rango en Medio Oriente, comentó que «Israel puede planear sobre esas instalaciones nucleares y dejarlas inoperables, pero si realmente quiere desmantelarlas, es un ataque militar estadounidense o un acuerdo».
Esta situación plantea un dilema clave para la administración Trump, que busca evitar una costosa y compleja guerra en Medio Oriente. Aunque el presidente Donald Trump ha expresado su deseo de no involucrar a Estados Unidos en los esfuerzos israelíes para destruir la infraestructura nuclear de Irán, la administración reconoce que la eliminación total del programa nuclear iraní requeriría asistencia militar estadounidense, incluyendo bombas capaces de dañar instalaciones subterráneas y los bombarderos B-2 para transportarlas. Esta delicada situación ha generado debates entre los asesores aislacionistas y los aliados republicanos más agresivos de Trump.
El presidente Trump, en declaraciones a ABC News, afirmó que «No estamos involucrados. Es posible que nos involucremos. Pero en este momento no estamos involucrados». Posteriormente, desde la Cumbre del G7 en Canadá, instó a Israel e Irán a entablar conversaciones «antes de que sea demasiado tarde».
Por otro lado, el Comando Central de Estados Unidos, responsable de las operaciones militares en Medio Oriente, ha transmitido un sentido de urgencia mayor que la comunidad de inteligencia civil respecto a la búsqueda de un arma nuclear por parte de Irán. Antes de los recientes ataques israelíes, el Comando Central había respaldado un cronograma más severo, creyendo que Irán podría obtener un arma nuclear utilizable más rápidamente si avanzaba hacia ese objetivo. En las últimas semanas, líderes militares estadounidenses, incluido el jefe del Comando Central, el general Michael Kurilla, han solicitado más recursos para defender y apoyar a Israel en su intercambio de fuego con Irán, aunque no para lanzar ataques ofensivos.