Una diligencia por un supuesto comparendo ambiental terminó con tres personas agredidas, una de ellas esposada, y un adulto mayor con artrosis tirado al suelo por uniformados.
Lo que empezó como una intervención por una pequeña fuga de agua terminó en lo que los denunciantes describen como una escena de abuso y violencia. Melanis Vanesa Ríos Villanueva, habitante del barrio Las Nieves, asegura que el pasado domingo 8 de junio fue víctima de un procedimiento policial desproporcionado que dejó a su familia golpeada, esposada y con pertenencias presuntamente hurtadas por los mismos uniformados.
“Era un charquito, nada más”, explicó Melanis, luego de que un vecino llamara al CAI del sector para reportar que desde su casa salía agua y mojaba la calle. Esa fue la excusa para que, según su versión, al menos seis policías, entre ellos el subintendente Jeison Richard y el patrullero Guarín, llegaran a su vivienda con una actitud agresiva.


La situación escaló cuando los agentes le pidieron su cédula para imponerle un comparendo ambiental. “Yo les dije que no se las podía entregar en ese momento, y fue ahí cuando empezaron los gritos y las vulgaridades”, contó. Al intentar grabar la actuación de los policías con su celular, afirma que se lo arrebataron, la tiraron al piso y le quitaron sus joyas: un anillo, una esclava y una cadena de oro.
Pero no fue la única. Su hermana, Yanderis Paola Ríos Villanueva, también terminó esposada, con golpes y moretones en el cuerpo. “Intentó grabar con su celular y uno de los policías la tiró al suelo, la pateó y hasta le puso una pistola taser encima”, denunció Melanis.
En el forcejeo, también fue agredido su padre, Manuel De Jesús Ríos Colina, un adulto mayor con artrosis degenerativa y otras comorbilidades. “Lo tiraron al piso, le pusieron la taser y lo patearon. Él casi no puede caminar y ahora está peor”, lamentó la joven.

La familia ya presentó la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación y la Oficina de Disciplina del Comando de Policía, y asegura tener videos de cámaras de seguridad y registros de las lesiones sufridas.
Según Melanis, detrás de la actuación de los policías podría haber algo más: “El vecino, que es amigo de ellos, les dio 30 mil pesos. Todo el mundo lo vio. Y el agua ni siquiera viene de mi casa, viene de la esquina”.
El caso está en manos de las autoridades judiciales y disciplinarias, mientras crecen las voces que piden explicaciones por lo que parece haber sido otro uso excesivo de la fuerza en un contexto que no lo requería.