Una mujer fue detenida con 5.600 dosis de cocaína ocultas en una faja que simulaba un embarazo. El insólito caso revela el ingenio (y descaro) del narcotráfico para burlar controles.
En un hecho que ha encendido las alarmas de las autoridades y ha causado conmoción entre los ciudadanos, una mujer de 27 años fue capturada en el barrio Ciudad 2000, al sur de Cali, cuando transportaba 5.600 dosis de cocaína ocultas en una faja de látex que simulaba un embarazo. El caso, calificado como insólito por la Policía, confirma la constante reinvención del narcotráfico y sus estrategias para evadir los controles estatales.
La mujer, que provenía del departamento de Nariño —una región históricamente vinculada a rutas del tráfico ilegal de drogas—, tenía como destino final la ciudad de Bogotá, donde debía entregar la carga. Fue detenida justo después de descender de un vehículo de transporte público, cuando agentes de la Policía Nacional, adscritos a la unidad de Investigación Criminal, notaron una irregularidad en su vestimenta.
Según el reporte oficial, durante una inspección corporal detallada, los uniformados notaron una estructura abdominal inusualmente rígida y voluminosa. Al retirar la faja, encontraron el material ilícito distribuido en compartimentos cuidadosamente elaborados dentro de un vientre falso de látex, un accesorio que puede pasar fácilmente por una prótesis médica o incluso parte de un disfraz.

Las investigaciones posteriores revelaron que estas fajas son importadas desde el extranjero por redes especializadas en el tráfico de estupefacientes. Su precio puede alcanzar los tres millones de pesos por unidad, y son manipuladas en Colombia para ocultar drogas en compartimentos casi imperceptibles. “No se trata de una improvisación, sino de un sistema cuidadosamente estructurado que utiliza el cuerpo humano como herramienta de transporte”, afirmaron voceros oficiales de la Policía.
El fenómeno de los llamados “correos humanos” no es nuevo en el país. Sin embargo, las autoridades han evidenciado que estas prácticas se están sofisticando a niveles alarmantes. El uso de accesorios médicos falsos, trajes especiales y disfraces se ha convertido en una tendencia entre las organizaciones criminales que buscan pasar desapercibidas en los puestos de control.

El caso ya está en manos de la Fiscalía General de la Nación, que imputó a la capturada el delito de tráfico de estupefacientes. Un Juez de Control de Garantías le impuso medida de aseguramiento intramural, mientras avanza el proceso judicial y se investiga si la mujer hace parte de una red más amplia de narcotráfico que emplea esta modalidad.
“Este tipo de mecanismos no solo representa un riesgo para la seguridad pública, sino también para la integridad física de quienes transportan las sustancias. Muchos de estos métodos terminan costándoles la vida a los correos humanos”, explicó una fuente de la Policía Nacional.
El caso de la mujer con el “embarazo de cocaína” se suma a una lista creciente de estrategias inusitadas que ha implementado el crimen organizado para sortear la vigilancia policial. Desde el uso de vehículos acondicionados hasta el camuflaje en productos alimenticios y equipaje de menores, las técnicas utilizadas por el narcotráfico colombiano son cada vez más elaboradas y difíciles de detectar.
Mientras tanto, las autoridades aseguran que se intensificarán los operativos en terminales de transporte y ejes viales clave para prevenir que esta modalidad se convierta en una nueva tendencia nacional. “Estamos trabajando en el fortalecimiento de capacidades tecnológicas y en la capacitación del personal para detectar estos métodos con mayor eficacia”, concluyó el vocero policial.

Este caso no solo revela una táctica sofisticada del narcotráfico, sino también la necesidad urgente de adaptar las estrategias de control frente a una criminalidad que no cesa de transformarse.