Lissi Judith Camargo Noriega, una docente pensionada, madre de tres hijos y abuela de cuatro nietos, fue asesinada en la madrugada del pasado jueves en un confuso y trágico episodio ocurrido en el corregimiento de Salgar, municipio de Puerto Colombia. Hoy, su familia exige justicia y respuestas claras: “El carro de mi mamá fue acribillado”, denuncia su hijo, Milton Angulo Camargo, con el dolor de quien aún no asimila el impacto de la pérdida.
El suceso ocurrió cuando Lissi, de 63 años, regresaba a casa con su yerno, Ángel José Daza Cuello, tras una breve salida nocturna. Pero en el camino de vuelta, su camioneta fue atacada a tiros por vigilantes privados del conjunto residencial donde vive el empresario y excongresista Gerardo Vecino Villarreal. Según versiones preliminares, Vecino habría alertado a los guardias de una presunta persecución por parte del vehículo en que se movilizaban Lissi y su yerno.
Fue un error fatal.
Los vigilantes dispararon sin verificar, y las balas impactaron directamente el lado del copiloto, donde iba sentada la mujer. Dos proyectiles en la cabeza acabaron con su vida. Su yerno resultó herido en una pierna. Ambos fueron trasladados a la Clínica Portoazul, donde se confirmó la muerte de Lissi en la noche del jueves.
Una vida entregada a la educación
Lissi Camargo nació en Ciénaga, Magdalena, y dedicó gran parte de su vida a la docencia. Dirigió su propio jardín infantil y enseñó en instituciones educativas en su municipio natal. “Era una mujer noble, carismática, siempre tenía las puertas abiertas para ayudar a otros”, recuerda Milton, uno de sus tres hijos.
Él viajó este sábado a Medicina Legal para retirar el cuerpo de su madre y lamentó que, hasta ahora, ni la Fiscalía ni la Policía se hayan comunicado con la familia. «Confiamos en que las autoridades no dejen este caso impune», expresó con voz entrecortada.
La última vez que Milton vio a su madre fue en Semana Santa, antes de un viaje internacional. “Nos despedimos con un paseo en su carro. Nunca imaginé que ese mismo vehículo sería su tumba”, dijo.
¿Quién disparó?
El General Edwin Urrego, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, confirmó que el hecho está en investigación. En la escena se hallaron casquillos de revólver —arma usada por los vigilantes— y de pistola, posiblemente del escolta del excongresista Vecino Villarreal. Las autoridades ahora buscan determinar quiénes dispararon y bajo qué circunstancias.
Lo que la familia sí tiene claro es que no había ningún motivo para disparar. “Mi mamá jamás conoció un arma en su vida. Era una mujer de paz, tranquila, sin enemigos, que salía con su yerno simplemente a comprar algo”, señaló Milton.
Un duelo que apenas comienza
Los restos de Lissi Judith Camargo serán sepultados en Santa Marta, donde residen sus padres, ambos de avanzada edad. La familia teme que la noticia de la muerte sea devastadora para su madre, una anciana que adoraba a su hija.
“Esto ha sido una tragedia total para nosotros. Mi abuela no va a soportar esta noticia. Ha sido lo más doloroso que hemos vivido”, expresó Milton, con un dolor que traspasa el lenguaje.
Ahora, el caso está en manos de la justicia. La familia Camargo espera que no sea uno más de los tantos crímenes que se pierden en el papeleo institucional. Exigen que se esclarezca cada disparo, cada decisión tomada esa madrugada, y que los responsables enfrenten todo el peso de la ley.
