La reciente captura de Álvaro Ospino Illera, conocido como la “Negra Dominga”, en Valencia, España, marca un punto de inflexión en la dinámica del crimen organizado en el Atlántico. Su arresto, vinculado al triple asesinato de la familia Vega Daza en 2024, revela las complejas alianzas y rivalidades que configuran el actual panorama criminal en la región.
El ascenso de la “Negra Dominga” y su caída
Ospino Illera, quien previamente había sido detenido en Barranquilla en marzo de 2025 y liberado por falta de pruebas, fue arrestado en España tras una investigación que lo relaciona con la masacre de tres miembros del clan Vega Daza y el posterior asesinato de Roberto Vega en Valencia. Las autoridades españolas ejecutaron su captura en un apartamento en compañía de varios de sus hombres, quienes también fueron detenidos.
La guerra entre Los Costeños y Los Pepes
La caída del clan Vega Daza desató una feroz disputa territorial entre Los Costeños, liderados por Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, y Los Pepes, encabezados por Digno Palomino. Aunque ambos líderes se encuentran en prisión, se ha documentado que continúan operando desde allí, aumentando la violencia en Barranquilla y sus alrededores.

Alianzas y expansión del poder criminal
Investigaciones apuntan a una nueva alianza entre Los Costeños y el Clan del Golfo, antes enemigos, ahora aliados en la lucha por el control del narcotráfico y las rentas ilícitas en la región. Esta colaboración ha permitido a Los Costeños consolidarse como una de las organizaciones criminales más poderosas, con capacidad de exportar cocaína gracias a contactos en Venezuela.
Por otro lado, Digno Palomino y alias “El Negro Ober” estarían buscando apoyo en las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN), conocidos como Los Pachenca, lo que podría trasladar la guerra que ya se libra en el Magdalena al Atlántico, complicando aún más el panorama de seguridad en la región.
La respuesta institucional y la situación actual
A pesar de los esfuerzos de las autoridades para contener la violencia, la situación en el Atlántico sigue siendo crítica. La presencia de grupos como el Tren de Aragua y la falta de una estrategia de seguridad integral han permitido que las organizaciones criminales operen con relativa impunidad.
La caída de la “Negra Dominga” representa un golpe significativo para Los Costeños, pero también evidencia la resiliencia y adaptabilidad de las estructuras criminales en la región. La necesidad de una respuesta coordinada y efectiva por parte del Estado es más urgente que nunca para evitar que el Atlántico vuelva a vivir una de sus épocas más oscuras de violencia y control territorial por parte de grupos armados ilegales.