Desde la intimidad de su hogar en Maicao, La Guajira, Rebeca Viloria vivió este miércoles uno de los momentos más esperados —y dolorosos— de su vida: la condena en segunda instancia de Dayana Jassir, esposa de su hijo Eduardo Pinto Viloria, por haberlo mandado a matar.
Durante nueve años, doña Rebeca cargó con una mezcla de luto y lucha. En noviembre de 2024, cuando una jueza de Barranquilla absolvió a Jassir, creyó que el caso había quedado sin justicia. Pero no se rindió. La Fiscalía, la Procuraduría y los abogados de las víctimas apelaron. Y este miércoles, el Tribunal Superior de Barranquilla revocó la absolución.
Una reacción entre lágrimas y alivio
“Le soy franca, no me lo esperaba… pensé que el abogado de ella, que fue magistrado, podía influir. Pero no fue así. Se hizo justicia”, dijo con voz entrecortada la madre de Eduardo, al conocer la sentencia: 57 años y 6 meses de prisión para Dayana Jassir, apenas a dos años y medio de la máxima pena posible en Colombia.
El Tribunal tuvo en cuenta una primera declaración de Johan Cabrera, uno de los autores materiales ya condenado, quien señaló a Jassir como la determinadora del asesinato. Aunque después se retractó, esa versión fue clave para la decisión judicial.
Una condena que pesa, pero no devuelve la vida
Rebeca no oculta la dualidad emocional que la embarga: “Me dio alegría porque se hizo justicia, pero también tristeza… porque mi hijo me hace falta cada día. Él era un buen hombre, buen hijo, esposo ejemplar. Le arrebataron la vida cuando más le servía a la sociedad.”
Dayana Jassir había sido absuelta en primera instancia, pero ahora deberá enfrentar una de las penas más altas impuestas en los últimos años por un crimen de este tipo. Su defensa ya anunció que impugnará el fallo ante la Corte Suprema de Justicia.
Del crimen a la verdad judicial
Eduardo Pinto, entonces director regional norte de Medicina Legal, fue asesinado el 4 de mayo de 2016 en su casa del barrio Cevillar, en Barranquilla. La escena fue montada como un robo, pero las investigaciones revelaron un plan estructurado para acabar con su vida.
Los sicarios —Johan Beltrán Ulloque, Jesús Gutiérrez Arrieta, Miguel Ángel González y Alberto Mario Cabrera Barrios, alias ‘Ñeco’— ya fueron condenados tras llegar a preacuerdos con la Fiscalía.
Para Rebeca, este fallo marca un cierre, aunque nada le devuelva a su hijo. “Solo espero que la Corte confirme la condena. La justicia tarda, pero llega”, sentenció con la fuerza de una madre que no dejó de luchar.