En un giro inesperado dentro del gabinete presidencial, la Ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, presentó su renuncia irrevocable al cargo, alegando intentos de injerencia en la gestión de su cartera. La funcionaria, reconocida por su independencia y trayectoria como jurista, dejará el Ministerio el próximo 1 de junio, según lo detallado en una carta dirigida al presidente Gustavo Petro con fecha del 12 de abril de 2025.
“Mis actuaciones no dependen de influencias, ni amenazas, persuasiones, ni interferencias o intereses políticos”, escribió Buitrago en un tono firme que deja entrever tensiones internas que habrían alcanzado un punto de quiebre.
Aunque la carta no menciona nombres, fuentes citadas por medios nacionales señalan al ministro del Interior, Armando Benedetti, y a la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Angie Lizeth Rodríguez, como los presuntos responsables de presiones que incomodaron a la saliente ministra.
Consultado por Noticias Caracol, Benedetti negó haber ejercido injerencia alguna, mientras que desde el entorno presidencial no se han emitido declaraciones oficiales al respecto.
La salida de Buitrago reabre el debate sobre la autonomía de los ministerios y la tensión entre tecnocracia e intereses políticos dentro del actual Gobierno. La renuncia no solo representa una pérdida sensible para el gabinete Petro en términos de legitimidad institucional, sino que también podría tener efectos en la ya compleja agenda de reformas impulsadas desde el Ejecutivo.

Buitrago, recordada por su papel en procesos judiciales de alto perfil en el pasado, deja claro que su salida no es producto de una diferencia menor, sino de una incompatibilidad ética con los manejos internos: “Prefiero seguir siendo lo que soy”, concluye su misiva.
Con esta renuncia, el Ministerio de Justicia queda en una encrucijada en plena discusión de reformas sensibles. Y, para la opinión pública, queda una señal preocupante: la independencia ministerial, en algunos casos, sigue estando en juego.