En la soledad de las montañas de Frontino, Antioquia, el eco de los disparos rompió el silencio de una jornada más de patrullaje. Fue allí donde el soldado Alejandro José Bejarano González perdió la vida, víctima de un ataque armado atribuido al Clan del Golfo.
Bejarano, quien hacía parte de una operación para proteger a la población, cayó en cumplimiento del deber. A su lado, otro compañero fue alcanzado por las balas, pero logró sobrevivir gracias a la rápida atención del enfermero de combate, que lo estabilizó antes de su traslado a un centro asistencial.
El Ejército Nacional no tardó en rechazar el hecho. “Estos actos criminales infringen el Derecho Internacional Humanitario y no quedarán impunes”, señaló la institución, al tiempo que extendía un mensaje de condolencia a la familia del joven militar.
Mientras tanto, un equipo especializado acompaña a sus seres queridos en medio del dolor. En sus palabras, el Ejército prometió que el sacrificio de Alejandro José no será olvidado. Su nombre, como el de tantos otros, queda grabado en la memoria de una nación que aún lucha por la paz en sus rincones más olvidados.