El técnico rojiblanco analizó con autocrítica, pero sin dramatismo, el empate sin goles en casa, que dejó al equipo clasificado pero con la pólvora mojada.
El rostro de César Farías lo decía todo: resignación mezclada con serenidad. El empate sin goles de Junior ante América de Cali en el Metropolitano, en una noche lluviosa de sábado, dejó un sabor amargo. No por el resultado en sí, que matemáticamente le dio al equipo rojiblanco su cupo a los cuadrangulares, sino porque el rendimiento ofensivo volvió a quedar en deuda.
“Nosotros intentamos ir por el partido… pero estamos en esa etapa en la que se nos mojó la pólvora”, confesó el estratega venezolano en rueda de prensa. Y vaya si se notó: posesión, elaboración y oportunidades estuvieron, pero el gol se negó a llegar. Ni siquiera desde el punto penal, cuando Javier Báez falló en los últimos minutos la ocasión más clara.
Farías, sin embargo, no encendió las alarmas. Al contrario, optó por una mirada constructiva: “Es mejor que esto suceda ahora y no en los cuadrangulares. Ahora viene lo bueno”. Con 31 puntos y nueve por disputar, Junior no solo está adentro, sino que mira desde ya cómo se perfilará para la verdadera pelea por el título.
El DT también tuvo palabras para la hinchada. “Me hubiese gustado regalarles una victoria, pero el fútbol es así. Vamos a mirar hacia adelante”, dijo, reconociendo que más allá del objetivo cumplido, aún hay tareas pendientes.
Junior enfrentará a Santa Fe en la próxima fecha, y aunque el equipo bogotano tiene urgencias, Farías dejó claro que no regalarán nada. “La frescura cuenta, pero tomaremos decisiones pensando en seguir sumando y llegar fuertes a los cuadrangulares”.
Por ahora, la preocupación se disfraza de calma, con la esperanza de que lo mejor esté por venir.
