En medio de una creciente ola de violencia en la región del Pacífico, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció este viernes un paro armado de 72 horas en varias zonas del Chocó, una medida que refleja la fuerte tensión territorial entre grupos armados ilegales y el impacto directo sobre comunidades enteras.
Según un comunicado del grupo insurgente, la decisión se toma para «evitar afectaciones a la población civil» en medio de operaciones militares y enfrentamientos con otros actores armados. El paro inició al mediodía de este viernes y se extenderá hasta el próximo lunes 5 de mayo.
Los municipios más golpeados por la medida son Sipí, Nóvita, Istmina, Medio San Juan y Litoral del San Juan, territorios históricamente vulnerables y donde las comunidades han quedado atrapadas en medio del fuego cruzado.
La guerrilla también confirmó una emboscada reciente contra una lancha del Clan del Golfo, que transportaba a siete hombres presuntamente bajo el mando de alias ‘Richard’ o ‘Pinky’, en cercanías del municipio de Pie de Pato, en el Alto Baudó. Según el ELN, estos movimientos forman parte de una ruta de narcotráfico que los paramilitares han consolidado desde comienzos de 2025, usando los ríos Cugucho y Chorí como corredores estratégicos hacia el mar Pacífico.


Este anuncio revive los temores de las comunidades afrodescendientes e indígenas que habitan estos territorios, muchas de las cuales han sido desplazadas, confinadas o silenciadas por el miedo. Aunque el ELN sostiene que busca evitar daños a la población civil, los paros armados suelen paralizar actividades económicas, de salud, movilidad y educación, profundizando aún más la crisis humanitaria.
El gobierno nacional aún no se ha pronunciado oficialmente sobre el nuevo paro armado, que se suma a una situación de violencia persistente en la región, donde los acuerdos de paz siguen sin alcanzar a los territorios más olvidados.