Lo conocían en las calles como alias Caretales. Su rostro había pasado de portar el uniforme de la Policía Nacional a estar en la mira de las autoridades.
Brayan Armando Gómez Rueda, quien hasta 2023 fue patrullero activo, cayó finalmente en Santa Marta, en una operación de la SIJIN e Interpol que puso fin a su vida como fugitivo.
Fue en el barrio Gaira donde los agentes le dieron captura. Contra él pesaba una orden judicial por homicidio agravado y tráfico de estupefacientes. Pero su prontuario, según las autoridades, va más allá. Era considerado hombre de confianza de alias Castor, cabecilla del grupo criminal Los Costeños, con amplio control en Soledad y sectores del suroriente y suroccidente de Barranquilla.
Las investigaciones detallan que Caretales no solo lideraba operaciones criminales, sino que estaba al frente de actividades como homicidios selectivos, tráfico de drogas, extorsión y hasta despojo de tierras. La Policía lo vincula directamente con al menos dos homicidios cometidos entre octubre de 2023 y marzo de 2024, ambos por presuntas retaliaciones ligadas al cobro de extorsiones.
Su influencia dentro de la organización fue tal que incluso contaba con circular azul de Interpol, lo que lo convertía en un objetivo de interés internacional. Lo que sorprende aún más es su pasado: hasta el año pasado vestía el uniforme de la Policía Nacional, institución a la que renunció voluntariamente.
Para la Policía Metropolitana de Barranquilla, su detención representa un golpe directo al corazón de Los Costeños. Ahora, tras las rejas, el exuniformado deberá responder por los crímenes que, según las autoridades, cometió tras cruzar la delgada línea entre la ley y el crimen organizado.
