domingo, abril 20, 2025

Luz entre las piedras: miles de fieles celebran el Fuego Sagrado en el Santo Sepulcro de Jerusalén

Una llama que no quema, un fuego que renace cada año en el corazón de la fe cristiana ortodoxa. Así es el Fuego Sagrado, el símbolo de la resurrección de Cristo que, una vez más, iluminó con su resplandor las centenarias piedras del Santo Sepulcro en Jerusalén, durante la ceremonia del Sábado Santo.

fuego

La ciudad vieja, con sus callejones de piedra caliza y sus siglos de historia viva, recibió a miles de peregrinos venidos de todas partes del mundo: Grecia, Serbia, Rusia, Egipto, Etiopía, Ucrania y América Latina.

Todos con un mismo propósito: ser testigos del milagro que, según la tradición, ocurre desde hace más de 1.600 años.

El milagro en la tumba vacía

Dentro del Edículo, la pequeña estructura que resguarda la tumba vacía de Jesús, el Patriarca Ortodoxo Griego de Jerusalén, Teófilo III, ora en soledad. Sin cerillos, sin encendedores, solo con la fe como herramienta. Y entonces, la llama aparece. Según la tradición, es Dios mismo quien enciende el fuego, como señal de la resurrección.

115792 24d096f1ed7ef52305713b7bf9cd55581a9307f2w thumb 586

Afuera, el fervor se desborda. El patriarca emerge del Edículo portando haces de 33 velas, una por cada año de vida de Cristo. Con ellas, enciende las veladoras de los fieles que esperan entre lágrimas, cantos y alabanzas.

“¡Cristo ha resucitado!”, gritan en diferentes lenguas mientras el fuego se esparce, de mano en mano, hasta llenar de luz cada rincón del templo.

“No puedo explicar con palabras la experiencia. Agradezco a Dios por la bendición”, dice Catarina Jovanovich, una joven serbia con la mirada encendida por la emoción.

Fuego que viaja y une naciones

El fuego, que según los fieles no quema durante los primeros minutos, será llevado a las iglesias de los territorios palestinos, la Franja de Gaza, y transportado en avión a otros países donde millones de cristianos ortodoxos lo esperan como señal de vida y esperanza.

De hecho, este ritual no es solo religioso, sino también una experiencia colectiva de unidad espiritual, que conecta generaciones y culturas distintas bajo una misma luz.

ca times.brightspotcdn

Tensión bajo la fe: restricciones y denuncias

Este año, sin embargo, el acceso al Santo Sepulcro estuvo marcado por la tensión. La policía israelí restringió la entrada a solo 2.200 personas, alegando razones de seguridad. Una medida que fue duramente criticada por el Patriarcado Greco-Ortodoxo, que la consideró un acto de represión a la libertad religiosa.

“No están permitiendo la libertad de culto”, denunció Fadi Haddat, un palestino cristiano que no pudo ingresar al templo junto con su familia, pese a haber llegado desde temprano.

images 20

Videos en redes sociales mostraron empujones, forcejeos y detenciones. Muchos de los fieles afectados eran cristianos palestinos que no lograron atravesar los controles instalados alrededor de la Ciudad Vieja.

Las tensiones religiosas y políticas en Jerusalén, especialmente tras los enfrentamientos recientes en la Explanada de las Mezquitas y la revocación de permisos para cristianos gazatíes, marcaron el telón de fondo de esta celebración que, pese a todo, se mantuvo como un acto de fe y esperanza.

Entre el humo y la devoción

Mientras las velas seguían encendiéndose y el incienso subía como una oración silenciosa, una monja rumana cerró los ojos y, con voz temblorosa, cantó entre la multitud.

608d54391a69c

“La luz de Cristo iluminó mi corazón”, dijo antes de perderse entre la gente, como una chispa más del fuego que, año tras año, se enciende no solo en el Santo Sepulcro, sino en el alma de miles que creen.

CorazonArdiente 772x1024 1

Related Articles

Stay Connected

0SeguidoresSeguir
0SuscriptoresSuscribirte
- Advertisement -spot_img

Latest Articles