Expertos de Tropicos Colombia realizan labor de observación y concientización sobre la presencia de estas aves rapaces en el cielo tolimense.
Ibagué vuelve a ser punto estratégico para la migración de las llamadas aves cuaresmeras, un grupo de rapaces que, año tras año, cruzan el cielo tolimense procedentes de Estados Unidos y México, rumbo al sur del continente.
En esta ocasión, expertos de la organización Tropicos Colombia se encuentran en la capital del Tolima realizando un trabajo de campo para documentar y registrar en imágenes el paso de estas majestuosas aves, al tiempo que adelantan jornadas de educación ambiental.
El flujo migratorio incluye especies como el águila pescadora (Pandion halieatus), el águila tijereta (Elanoides forficatus), el elaenio colinegro (Ictinia mississippiensis), el elaenio plomizo (Ictinia plúmbea), el águila de ala ancha (Buteo platypterus), el águila de Swainson (Buteo swainsoni), el esmerejón (Falco columbarius) y el halcón peregrino (Falco peregrinus).

Caza indiscriminada, una amenaza constante
A pesar del espectáculo natural que representa su migración, muchas de estas aves son blanco de cazadores que las persiguen con fines supuestamente alimenticios o afrodisíacos, una práctica sin sustento científico que pone en riesgo su conservación.
“No existe evidencia de que estas aves tengan efectos afrodisíacos. Esta creencia ha llevado a su caza injustificada, reduciendo su presencia, especialmente en zonas urbanas y rurales de Ibagué donde antes eran más frecuentes”, advirtieron los expertos.
Se estima que cerca de 800.000 rapaces migratorias cruzan el Tolima, aunque su avistamiento ha disminuido debido a años de persecución.
Educación ambiental como herramienta de cambio
Tropicos Colombia, fundada en 2020, es una organización sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de especies tropicales a través de la investigación y la educación. Su trabajo se enfoca en fomentar la sostenibilidad ambiental mediante alianzas con comunidades, instituciones educativas y empresas.

“Nuestro compromiso es con la protección de los ecosistemas tropicales. Estos espacios son esenciales para la biodiversidad del planeta, y las aves migratorias son parte vital de ese equilibrio”, señalaron desde la organización.
El llamado a la ciudadanía es claro: proteger, no cazar. Admirar el vuelo de estas aves durante su paso por Tolima es una forma de conectarse con la naturaleza y de reconocer la importancia del territorio en las rutas migratorias del continente.