Una motobomba explotó a escasos metros de la estación de Policía, sembrando el caos y la angustia entre los habitantes de esta localidad que, por un momento, revivió los ecos más oscuros de un pasado marcado por la violencia.
La explosión fue potente. Vidrios rotos, vehículos afectados y una nube de humo gris y fuego cubriendo el centro del pueblo marcaron los minutos siguientes. En medio del desconcierto, varios civiles resultaron heridos, algunos con lesiones de gravedad, según los primeros reportes de los organismos de emergencia.


Testigos narraron cómo la tranquilidad de la noche se quebró abruptamente. “Escuchamos el estallido y salimos corriendo. Había gritos, gente tirada en el suelo, sangre… Fue horrible”, relató una comerciante del sector, aún visiblemente afectada.
Ambulancias llegaron rápidamente al lugar y los heridos fueron trasladados al hospital local San Antonio de Pauda, donde equipos médicos trabajan contra el tiempo para estabilizarlos. Hasta el momento no se ha confirmado el número exacto de lesionados, pero autoridades locales hablan de al menos dos fallecidos y 25 heridos.
El lugar del atentado fue acordonado por miembros de la Policía y el Ejército, mientras unidades antiexplosivos inspeccionan la zona en busca de más artefactos. Aún no se conocen los autores del ataque ni se ha emitido un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades departamentales.

Este nuevo hecho violento revive temores en una región que, aunque ha vivido tiempos de relativa calma en los últimos años, sigue siendo escenario de disputas entre grupos armados ilegales y de tensiones por el control territorial.