Juan José Pérez Villar tenía apenas 14 años. Como tantos otros chicos en Malambo, salió en la noche a la cancha del barrio San José, también conocida como «5×10», a compartir un rato con amigos. Pero esa noche no terminó como tantas otras.
Testigos cuentan que una motocicleta llegó sin aviso, con dos hombres a bordo. No hubo palabras, solo disparos. Una ráfaga de balas contra un menor, a plena vista, en un espacio donde deberían reinar los goles, no el miedo.
Gravemente herido, Juan José fue llevado de urgencia a la clínica Campbell. La lucha de los médicos fue en vano. Minutos después, su corazón dejó de latir.
El silencio en «5×10» pesa más que nunca. Vecinos, aún en shock, se preguntan: ¿qué pasa con nuestros niños?, ¿por qué la violencia no respeta ni el espacio de juego?
Las autoridades investigan, prometen resultados, pero en las calles queda una familia destrozada, un barrio con otro niño menos y una ciudad que parece acostumbrarse a despedir vidas demasiado pronto.
