Lo que comenzó como una jornada deportiva terminó convertido en una noche de horror. Tolú, un tranquilo destino turístico del Caribe colombiano, vivió el caos cuando decenas de presuntos barristas del Cúcuta Deportivo, llegados en al menos seis buses, desataron una ola de violencia que dejó a su paso negocios destruidos, incendios, heridos y hasta un muerto.
La turba, armada con piedras, palos y objetos contundentes, sembró el miedo entre residentes y visitantes. Varios hoteles, bares, restaurantes y comercios del centro fueron atacados sin tregua. Las imágenes de locales en llamas y vitrinas destrozadas recorren ya las redes sociales, como evidencia de una noche que el pueblo difícilmente olvidará.
Uno de los momentos más dramáticos fue el reporte de un niño herido en un brazo, víctima inocente de la violencia desatada. Además, se confirmó el fallecimiento de una persona, cuyo nombre aún no ha sido divulgado oficialmente.
Las autoridades locales se vieron desbordadas. Pese a la rápida movilización de la Policía, los uniformados no lograron contener el avance violento de los atacantes, que actuaron con una coordinación sorprendente y brutal.
“Fue una pesadilla, no sabíamos para dónde correr”, contó una trabajadora de un restaurante que tuvo que esconderse en la cocina para evitar ser alcanzada por los disturbios. Residentes del sector hablaron de “un pueblo tomado”, de “una batalla campal en pleno centro turístico”.
A esta hora, los organismos de seguridad intentan recuperar la normalidad en el municipio, mientras comerciantes y ciudadanos hacen un llamado urgente al gobierno departamental y nacional para que se refuerce la seguridad en zonas turísticas, especialmente durante eventos deportivos que puedan atraer a grupos violentos.
El turismo, principal motor económico de Tolú, hoy amanece golpeado, con la incertidumbre de cómo se recuperará no solo la infraestructura, sino la confianza.