En los márgenes de la Troncal del Caribe, el conflicto armado parece ser parte del paisaje cotidiano. Allí, entre las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, se libra una guerra silenciosa pero feroz entre los herederos del paramilitarismo: las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) y el Clan del Golfo.
En este escenario, las comunidades campesinas e indígenas quedan atrapadas en medio de una confrontación territorial abierta, que se intensifica cada día más.
El jefe de las Autodefensas llega en moto todo terreno
Durante nuestra visita al fortín de las ACSN, observamos el arribo del líder de este grupo armado, conocido como José Luis Pérez, alias «Cholo». Llegó en una moto todo terreno, vestido con un camuflaje distinto al de sus guardias, quienes, en su mayoría, son hombres fuertemente armados, pero entre ellos se distinguían al menos dos menores de edad. La presencia de los niños en las filas del grupo refleja la complejidad y el horror de la situación en la región.
La guerra en las veredas y su impacto en Santa Marta
Los combates entre las ACSN y el Clan del Golfo son cada vez más frecuentes y violentos. Un líder social de la zona, que prefirió mantener su anonimato por razones de seguridad, explicó que en las veredas cercanas a la Troncal del Caribe los enfrentamientos pueden durar horas.
En estos combates, bandos de 50 combatientes se enfrentan, dejando a las comunidades campesinas e indígenas atrapadas entre ambos frentes. “Las comunidades no tienen más opción que vivir con el miedo de que su aldea se convierta en el próximo campo de batalla”, señaló el líder.
La violencia no solo afecta a las zonas rurales, sino que también ha llegado a la capital del Magdalena, Santa Marta. En 2024, la ciudad fue una de las más afectadas por homicidios en Colombia, con 208 muertes violentas registradas, reflejo de la creciente inseguridad que afecta a la región.
Entrevista con José Luis Pérez (Cholo)
En el viaje a la Sierra Nevada, tuvimos la oportunidad de hablar con José Luis Pérez, alias «Cholo», el jefe militar de las ACSN. En una conversación tensa, «Cholo» aseguró que su grupo está dispuesto a entablar negociaciones con el presidente Gustavo Petro. Sin embargo, el líder de las ACSN negó cualquier responsabilidad en la violencia que ha sacudido la región, a pesar de que hay numerosas pruebas documentadas de su participación en estos hechos.
Pérez también desmintió los vínculos del grupo con el narcotráfico, a pesar de que varios de sus líderes tienen solicitudes de extradición por parte de Estados Unidos por este delito. La narcotraficante conexión es crucial para comprender cómo los grupos como las ACSN pueden sostener una estructura tan poderosa, con capacidad para operar en vastos territorios y mantener alianzas con otros actores criminales.
Un déjà vu para los habitantes de la región
Los habitantes más antiguos de la región sienten una extraña sensación de déjà vu. Hace 23 años, cerca de 14.000 campesinos fueron desplazados por el conflicto entre las tropas paramilitares de Hernán Giraldo y Jorge 40. Al final, esa confrontación derivó en una oscura alianza entre estos grupos. Ahora, la historia parece repetirse, pero con nuevos actores.
Sin embargo, la dinámica actual es diferente. Las ACSN y el Clan del Golfo son más astutos a la hora de evitar la atención de las autoridades. Ambos grupos están conscientes de que una violencia visible podría perjudicar el turismo en la región, lo que ha llevado a tomar medidas para que sus actividades no sean ampliamente divulgadas. La guerra no solo se libra en las montañas, sino también en las sombras.
¿Qué hay detrás de la violencia?
Para el antropólogo Lerberlisandro, lo que ocurre en este territorio es mucho más que una simple guerra por el control de las economías ilícitas o del narcotráfico. Según el experto, los conflictos de esta naturaleza son también luchas por el control de territorios ancestrales, disputas por el poder en las regiones marginales del país, y una continua lucha de las comunidades rurales por sobrevivir a un conflicto que no tiene fin.
¿Qué se puede esperar del proceso de diálogos con el Gobierno?
Este informe llega 10 días antes de que el Gobierno de Gustavo Petro anunciara la decisión de abrir un espacio de diálogo con las ACSN.
Los detalles de este proceso aún no están claros, pero muchos se preguntan si realmente este grupo está dispuesto a cesar las hostilidades o si, por el contrario, se trata de una táctica para ganar tiempo y consolidar su poder. La postura de «Cholo» y otros líderes del grupo de no reconocer su implicación en la violencia y el narcotráfico plantea interrogantes sobre la sinceridad de las negociaciones.
El futuro de la región y el impacto del diálogo con las ACSN son inciertos. Mientras tanto, las comunidades siguen atrapadas en medio de un conflicto que parece no tener fin, con la esperanza de que la paz finalmente llegue, pero con el temor de que la historia se repita una vez más.
La situación de las ACSN y el Clan del Golfo en la Sierra Nevada es solo un reflejo de las complejas dinámicas de violencia que siguen marcando muchas regiones del país, especialmente aquellas afectadas por el paramilitarismo y el narcotráfico. A medida que el proceso de paz avanza, la población sigue luchando por sobrevivir en un territorio marcado por la guerra y el miedo.
