La propuesta de referendo sobre la autonomía fiscal de los departamentos busca modificar el modelo actual de distribución de recursos en Colombia, otorgando mayor poder a las regiones en la gestión de sus propios impuestos.
En el sistema vigente, la Nación centraliza una parte significativa de los ingresos fiscales y luego redistribuye esos recursos entre las regiones. Si la reforma se aprueba, los departamentos tendrían mayor capacidad de manejar directamente los impuestos generados en sus territorios, lo que podría incrementar sus inversiones en sectores clave como la educación, la salud y la infraestructura.
Este cambio ha generado un intenso debate en el país. Sus defensores argumentan que la descentralización podría promover el desarrollo regional, mientras que sus opositores advierten que podría acentuar las desigualdades entre las regiones más ricas y las más pobres. La decisión final está ahora en manos del Congreso, que decidirá si somete el referendo a votación popular.