La violencia en Barranquilla sigue en ascenso y enero ha comenzado con cifras alarmantes de homicidios, superando los registros del mismo mes en 2024.
En lo que va del año hasta la noche de enero 28, se acumulan 83 muertes violentas en el Departamento del Atlantico. De estas 51 se han presentado 51 casos letales en Barranquilla y 20 en Soledad, una tendencia que mantiene en vilo a la población y deja en evidencia la crisis de seguridad que enfrenta el Distrito.
El año 2024 cerró con homicidios en el departamento del Atlántico, un aumento del 23,9% en comparación con 2022 y del 17,2% frente a 2023. Estos números consolidan a Barranquilla como una de las ciudades más violentas del país, solo por detrás de Bogotá y Cali.
El panorama es preocupante. Tan solo en la primera semana de enero, se registraron cinco asesinatos entre el 31 de diciembre y el 1 de enero, mientras que el fin de semana del 25 y 26 de enero dejó seis nuevas víctimas mortales en distintos sectores de la ciudad.
Las autoridades han atribuido esta escalada de violencia al fortalecimiento de bandas criminales que se disputan el control territorial y de economías ilegales como la extorsión y el narcotráfico. Sin embargo, la percepción de la ciudadanía es clara: la estrategia de seguridad del Distrito ha fracasado.
A pesar de los anuncios de operativos y el refuerzo de la fuerza pública, los hechos violentos continúan ocurriendo con total impunidad. En barrios como Rebolo, La Chinita y Siete de Abril, la comunidad vive con miedo, mientras los comerciantes denuncian el recrudecimiento de las extorsiones y las amenazas.
Desde el Concejo Distrital han surgido cuestionamientos sobre la ineficacia de la Oficina de Seguridad del Distrito, pues los resultados de sus estrategias siguen sin verse reflejados en la reducción de los crímenes. La pregunta que ronda entre los barranquilleros es inevitable: