La DEA (Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos) ha emitido una alerta máxima sobre la creciente actividad de narcotráfico en el Caribe colombiano, específicamente en los departamentos de Atlántico y Bolívar.
Según un documento exclusivo al que tuvo acceso SEMANA, un cartel no identificado está operando con total impunidad en la región, burlando los esfuerzos de las autoridades locales.
El informe de la DEA revela que en las últimas semanas, la Policía y la Fiscalía han incautado grandes cantidades de cocaína en las ciudades de Barranquilla y Cartagena. Las cargas, enterradas o camufladas en veleros con bandera de Bélgica, estaban listas para ser enviadas a los Estados Unidos, pero sorprendentemente no se realizaron capturas, lo que sugiere que el grupo criminal sigue operando con anonimato.
De acuerdo con el documento confidencial, que fue firmado por un agente especial de la DEA, se ha identificado un centro de acopio en el departamento de Atlántico, desde donde se redistribuyen estupefacientes hacia puertos ilegales en Bolívar. Los envíos se realizan utilizando lanchas rápidas, conocidas como Go Fast, con destino final en Estados Unidos.
La DEA ha hecho un llamado urgente a la Policía Nacional de Colombia para que intensifique las investigaciones y los operativos en la zona. «Se requiere avanzar en los actos de verificación y búsqueda del centro de acopio del narcotráfico, con el objetivo de identificar y capturar a los responsables«, advierte el informe.
Fuentes cercanas a la investigación han confirmado que este caso está vinculado a un grupo criminal con sede en La Guajira, conocido como el Cartel de La Guajira. Esta organización ha extendido su influencia por el Caribe, involucrando a funcionarios públicos, traficantes de drogas y algunos miembros de la fuerza pública. A través de sobornos y complicidad, han logrado establecer un sistema eficiente de distribución de cocaína, que afecta no solo a Colombia sino a la seguridad internacional.
Con esta alerta, la DEA no solo subraya la gravedad de la situación en el Caribe colombiano, sino también la necesidad urgente de medidas más rigurosas para frenar el tráfico de drogas que, según las autoridades, se está desbordando. Mientras tanto, las organizaciones criminales continúan operando con total libertad, haciendo de la región una nueva «narcobodega».
Fuente: Revista Semana