Xiomara Ramos López, exgerente del Hospital Santander Herrera de Pivijay, salió por la puerta de atrás luego de ser denunciada públicamente por el gobernador del Magdalena, Rafael Martínez, por presunta corrupción y apropiación indebida de recursos públicos. La gestión de Ramos López, que duró hasta su abrupta salida, estuvo marcada por el desorden administrativo, el acoso laboral y una serie de escándalos que afectaron gravemente la operatividad del hospital y la calidad de los servicios de salud en la región.
Los trabajadores del hospital la denunciaron en múltiples ocasiones por acoso laboral, humillaciones y abuso de poder. Pero lo más grave fueron las acusaciones de corrupción, donde se le señala de desviar fondos públicos destinados a mejorar las condiciones del hospital, en lugar de invertirlos en mejorar la infraestructura y los servicios para la comunidad. Durante su mandato, la relación con la comunidad de Pivijay se volvió insostenible; muchos la describen como una figura temida y odiada por los habitantes del municipio.
El descontento popular llegó a tal punto que el propio gobernador Rafael Martínez se vio obligado a interponer las denuncias ante la Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría, con el fin de esclarecer los hechos y determinar la responsabilidad de Ramos López en el presunto desfalco a las arcas públicas. Los rumores sobre su mal manejo administrativo se convirtieron en una bola de nieve que terminó desbordando la paciencia de la comunidad y las autoridades.
Hoy, con la salida de Ramos López, Pivijay respira aliviado, pero aún queda en el aire la incertidumbre sobre las verdaderas dimensiones del daño causado durante su gestión. La investigación en curso será clave para determinar la magnitud de la corrupción y si los responsables deben pagar por el caos que sembraron en una de las instituciones
