¿La Policía, el alcalde Char y el gobernador Verano de La Rosa dormidos en los laureles a otro nivel?
Barranquilla y su área metropolitana se vieron envueltas en una ola de violencia entre el 31 de diciembre y el 1 de enero, con un total de cinco homicidios registrados en un lapso de 48 horas, lo que ha generado fuertes cuestionamientos hacia las autoridades locales y regionales. Aunque la Policía Metropolitana presentó un informe que destaca una reducción del 28% en comparación con el mismo período del año anterior, la cifra de muertes violentas sigue siendo alarmante, sobre todo considerando la situación de inseguridad que ha venido azotando a la región.
Los homicidios ocurrieron en varios puntos de Barranquilla y Soledad, incluidos los barrios El Bosque, La Pradera, Barrio Abajo, Nueva Colombia y Villa Lozano. En tres de los casos, las víctimas fueron mujeres, y los crímenes se cometieron principalmente con armas de fuego, aunque uno de los homicidios fue perpetrado con arma blanca.
La primera víctima, Carolay Patricia Escobar Isaza, de 25 años, fue asesinada en El Bosque el 31 de diciembre, cuando sicarios irrumpieron en su hogar. Su hijo de 8 años y su suegro también resultaron heridos en el ataque. En el mismo día, en La Pradera, sicarios mataron a Yeidis Paola Levate Vásquez, también de 25 años. Menos de una hora antes de la llegada del nuevo año, un ataque similar ocurrió en barrio Abajo, donde Custodia Corredor Puerto, de 63 años, fue asesinada por un sicario, dejando además a cinco personas heridas.
El 1 de enero, un crimen particularmente brutal tuvo lugar en Nueva Colombia, donde Leonardo Lorenzo López Catalán, de 43 años, fue asesinado con un arma blanca y objetos contundentes. Finalmente, en Villa Lozano, Soledad, un hombre fue encontrado muerto por disparos en una calle del barrio.
A pesar de los esfuerzos de la Policía para combatir la delincuencia, como la captura de 10 personas y la incautación de 8 armas de fuego, las cifras de violencia continúan en aumento. En total, la Policía destacó que se impusieron 129 medidas correctivas por comportamientos contrarios a la convivencia y se llevaron a cabo 218 comparendos relacionados con el tránsito, pero la cuestión sigue siendo: ¿realmente se están tomando las medidas adecuadas para garantizar la seguridad de los ciudadanos?
¿Dónde están las soluciones efectivas?
Las autoridades locales, lideradas por el alcalde Alejandro Char, y el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de La Rosa, han sido fuertemente criticados por no lograr frenar la violencia en una ciudad que sigue siendo una de las más afectadas por el crimen en el Caribe colombiano. A pesar de los esfuerzos públicos por mejorar la seguridad, los barranquilleros siguen siendo víctimas de la violencia armada y las acciones de los sicarios.
Muchos se preguntan qué está haciendo la administración local para atacar las causas de la violencia de forma integral y garantizar que los responsables de estos crímenes no queden impunes. La falta de resultados contundentes y la creciente sensación de inseguridad en las calles han hecho que tanto el alcalde Char como el gobernador Verano de La Rosa enfrenten una presión cada vez mayor por parte de la comunidad.
La Policía, por su parte, insiste en que los esfuerzos para reducir los homicidios están dando frutos, pero las familias de las víctimas y la sociedad barranquillera siguen exigiendo respuestas. Mientras tanto, la preocupación por la inseguridad no solo ha aumentado entre los ciudadanos, sino también en los medios de comunicación, quienes han cuestionado la eficacia de las políticas de seguridad implementadas por los mandatarios locales.
La comunidad exige acciones más contundentes
A medida que Barranquilla y Soledad continúan registrando cifras alarmantes de violencia, la pregunta es clara: ¿serán suficientes las acciones de las autoridades o es necesario un cambio más profundo en la estrategia de seguridad pública para garantizar la protección de los ciudadanos? Mientras tanto, las familias de las víctimas siguen llorando la pérdida de sus seres queridos, y la comunidad exige justicia y respuestas.