Por: Emilio Gutiérrez Yance
La noche del 24 de diciembre de 2024, la Navidad llegó de una forma inesperada y profundamente emotiva al municipio de Magangué, Bolívar. En un rincón del Hospital la Divina Misericordia, donde la tristeza y la preocupación suelen reinar, un gesto de generosidad iluminó la oscuridad de la noche, transformando el ambiente en un lugar de alegría, esperanza y solidaridad.
Los protagonistas de esta mágica velada no fueron los renos ni los tradicionales villancicos, sino los valientes policías de la estación de Magangué, quienes, con el espíritu navideño en el corazón, se convirtieron en una bendición para los pequeños pacientes que luchaban contra la enfermedad en la unidad de cuidados intensivos pediátricos.
Encabezados por el comandante del Distrito III, capitán Marco Sánchez Rodríguez, y la gestora de participación ciudadana, María Ángulo Acuña, los uniformados hicieron su entrada al hospital cargados de regalos, sonrisas y una enorme dosis de cariño. Aunque sus rostros no estaban cubiertos por el típico traje rojo de Santa Claus, su presencia era suficiente para llenar de magia el hospital.
Los niños, con sus ojos brillando de emoción, recibieron obsequios que rompieron por un momento la rutina hospitalaria. Los juguetes, las muñecas y los peluches, cuidadosamente seleccionados, llegaron acompañados de una calidez que trascendía cualquier regalo material. Y entre el bullicio de los villancicos que los policías entonaron con entusiasmo, las sonrisas se hicieron más grandes, las carcajadas más sonoras, y las preocupaciones de los pequeños, al menos por una noche, se desvanecieron.
El aire se llenó de una sensación única, una mezcla de gratitud y emoción, mientras los padres observaban el gesto con ojos llenos de lágrimas. Sabían que, por unas horas, sus hijos podían olvidar el sufrimiento de las máquinas, los tubos y los diagnósticos médicos, y vivir la magia de la Navidad. Para ellos, la solidaridad de los policías no fue solo un acto de generosidad, sino un abrazo en forma de acción.
El evento trascendió el simple acto de entregar un regalo. La Policía de Bolívar, con esta iniciativa, demostró que su misión va mucho más allá de la seguridad y el orden. Este gesto encarnó el verdadero espíritu navideño: la de ser luz en la oscuridad, esperanza en la desesperanza, y, sobre todo, humanidad en medio de la rutina.
Esa noche, el Hospital la Divina Misericordia de Magangué se convirtió en un lugar de amor, compasión y fraternidad. No solo los niños y sus familias se sintieron abrazados por la magia de la Navidad, sino que la comunidad entera fue testigo de un acto que, en su sencillez, tocó los corazones de todos. La Navidad en ese hospital fue mucho más que una fecha en el calendario; fue un recordatorio de que la verdadera esencia de la festividad se encuentra en dar sin esperar nada a cambio, en compartir lo que se tiene, y en tender la mano a quienes más lo necesitan.
La Policía de Bolívar, con su noble labor, dejó una huella imborrable en los corazones de todos los presentes. La Navidad de 2024 será recordada como un momento en que la solidaridad se vistió de uniforme y el verdadero espíritu navideño, de la mano de quienes velan por nuestra seguridad, tocó las almas de quienes más lo necesitaban.