Atlético Nacional demostró que las finales no solo se ganan con talento, sino también con sacrificio colectivo. Cada jugador respaldó al otro, cada espacio fue cubierto con solidaridad, construyendo una muralla infranqueable que desesperó a América de Cali. A pesar del aliento ensordecedor de su hinchada, los locales chocaron una y otra vez contra el orden verdolaga, viendo cómo la gloria se les escapaba de las manos.
La frustración de los aficionados en el Pascual Guerrero desencadenó desmanes que obligaron al árbitro José Ortiz a suspender el partido antes del pitazo final. Una escena lamentable que empañó el desenlace de una final intensa. Entre lágrimas, algunos jugadores de América aceptaron el duro golpe, conscientes de que los actos de una minoría mancharon la noche.
Por razones de seguridad, Nacional no pudo recibir el trofeo en la cancha, pero la gloria ya estaba asegurada. El equipo antioqueño se coronó campeón de la Copa Betplay por séptima vez, reafirmándose como el más exitoso en la historia del torneo. Este título marca el inicio de la era del técnico Efraín Juárez, quien ha inculcado un carácter competitivo y solidario a su equipo.
El próximo reto: la Liga Betplay
Sin tiempo para celebraciones prolongadas, Nacional se enfoca en su próximo desafío: la final de la Liga Betplay contra Deportes Tolima. Este miércoles visitará Ibagué para la ida y cerrará la serie el fin de semana en el Atanasio Girardot, con el respaldo de su fiel afición.
Sebastián Arango Botero, presidente del club, lo dejó claro: “Volveremos y vamos todos juntos”. Nacional busca el doblete, alimentando un sueño de grandeza que, con noches como esta, parece más cerca que nunca.