Mi Kioskito fue mucho más que un simple salón de baile: fue un emblema de la cultura y la música de Barranquilla, un lugar donde generaciones de barranquilleros se encontraron para bailar y celebrar, especialmente durante los Carnavales.
Ensayo de David Awad V.
Fundado en 1950 por Víctor Reyes, Mi Kioskito se ubicaba en la esquina de la calle 68 con carrera 21B, en el barrio San Felipe. En un momento en que los grandes salones de baile como El Arlequín empezaban a decaer, Mi Kioskito se erigió como un espacio de encuentro para los amantes del carnaval y de la música tropical.
El Inicio y la Evolución
El lugar se hizo famoso por ser un punto de reunión para músicos y artistas locales. Fue aquí donde nacieron y se consolidaron grupos emblemáticos como Los Corraleros de Majagual y figuras como Alfredo Gutiérrez, Lisandro Meza, Rufo Garrido, y muchos más. En la década de los 50, Mi Kioskito se convirtió en un centro cultural del Carnaval de Barranquilla, donde las orquestas más importantes del país y del Caribe ofrecían sus conciertos en vivo.
Uno de los eventos más legendarios ocurridos en Mi Kioskito fue la creación de la canción «Se me perdió la Cadenita». En un día de Carnaval, Lucho Pérez, líder de la Sonora Dinamita, llegó a Mi Kioskito preocupado porque había perdido una cadena que le había regalado su novia. Víctor Reyes, el dueño del lugar, sugirió que componiera una canción sobre su pérdida. Esa noche, la canción fue estrenada en el salón, y poco después se convirtió en un éxito internacional. El tema, que relataba la historia de la «cadenita perdida» de Carmen, se convirtió en un himno para los amantes de la música tropical.
La Tragedia de Víctor Reyes
Pero la historia de Mi Kiosquito no estuvo exenta de tragedia. En 1999, Víctor Reyes, a los 81 años, fue asesinado en su propio salón de fiestas. La noticia sacudió a Barranquilla y a toda la región, ya que Reyes no solo era un icono del Carnaval, sino también un hombre de gran respeto en la comunidad. Se sospechó que su asesinato estaba relacionado con disputas comerciales, aunque no se dieron detalles claros en su momento. A pesar de este trágico evento, la leyenda de Mi Kioskito y su contribución al Carnaval de Barranquilla perdura.
El Declive y la Desaparición
En el año 2000, Mi Kioskito habría cumplido 50 años, pero ya para entonces había perdido su protagonismo como salón de baile. La creciente falta de interés de los vecinos y la transformación de la zona contribuyeron al declive del lugar. Además, los cambios en la música y la cultura del Carnaval de Barranquilla también hicieron que Mi Kiosquito perdiera su relevancia. Sin embargo, a pesar de su cierre como lugar de fiesta, su legado como un referente cultural sigue vivo en la memoria de los barranquilleros.
El Kioskito y su Relación con el Cine y la Música
A un lado de Mi Kioskito estaba el Cine Virrey, otro de los negocios de Víctor Reyes. El cine también se convirtió en un espacio popular para los barranquilleros, donde muchas personas se reunían a ver películas, especialmente durante los carnavales. Además, la música siguió siendo una parte esencial del legado de Reyes, que no solo formó parte de la historia de la música tropical, sino que también promovió a muchos músicos jóvenes de la región.
El Homenaje de la Cadenita
La historia de Mi Kioskito está, sin lugar a dudas, marcada por el famoso tema de «La Cadenita». La canción, inspirada en un gesto amoroso y una pérdida, se convirtió en un símbolo de los carnavales de Barranquilla. Víctor Reyes, en una entrevista, recordó cómo ayudó a Lucho Pérez a componer la canción, asegurando que lo hizo para que su amigo dejara de estar preocupado por su regalo perdido. La canción continuó su vida más allá de las fronteras de Colombia, llegando a México y otros países.
Recuerdos de «Mi Kioskito» y la música que marcó una época
En el corazón de Barranquilla, “Mi Kioskito” fue más que un simple establecimiento; fue el epicentro de una cultura vibrante que reunía música, baile y recuerdos de una época dorada. Este lugar, que acogió a las grandes orquestas y artistas de la región, fue el escenario donde se tejieron historias, se bailaron cumbias y se compartieron risas bajo el inclemente calor del Caribe.
Uno de los momentos más emblemáticos fue la grabación de la cumbia Recuerdos de Carmen, realizada por Lucho Pérez Argain con Alfredo Gutiérrez y sus Estrellas. Grabada en la famosa Casa Sonolux, esta pieza se convirtió en un éxito de la época. En la canción, Lucho Pérez hace referencia a Carmen Quant, una mujer cuya historia personal, marcada por una relación con el conocido «Linche», dejó una huella en la música de Barranquilla. La mención de Carmen, aludiendo a su nombre y apellido, revelaba el sufrimiento de un hombre desilusionado por un amor perdido, un detalle que muchos barranquilleros conocieron gracias a la interpretación de Pérez.
Al margen de la música, Mi Kioskito fue el lugar donde las familias barranquilleras vivieron momentos inolvidables. Con su billar, su peluquería y su famoso salón de baile, Mi Kioskito fue el refugio de la clase obrera, los jugadores de billar y los amantes del carnaval. En sus paredes resonaba la música de artistas como Rufo Garrido, Aníbal Velásquez, Alfredo Gutiérrez, entre otros, mientras que las familias se reunían para disfrutar del ambiente festivo.
La historia de este lugar se entrelaza con la de grandes personajes como Víctor Reyes, propietario de Mi Kioskito y el teatro Virrey, quien también fue clave en la organización de eventos sociales y bailables en la ciudad. La influencia de Reyes se extendió no solo en la vida nocturna, sino también en la cultura popular barranquillera.
La memoria de Mi Kioskito sigue viva en el recuerdo de quienes, como los narradores de estas historias, crecieron entre cumbias, salvas y las risas de una ciudad que nunca dejó de bailar. Su legado perdura no solo en los recuerdos de quienes lo vivieron, sino también en la música que continúa resonando en los corazones de los barranquilleros.
Este rincón de Barranquilla, entrelazado con historias de amor, desamor, y fiesta, fue testigo de la transformación de una ciudad que encontró en su gente, en su música y en su fiesta, el refugio perfecto para vencer las adversidades y celebrar la vida. La cumbia, el bolero, y la alegría sin fin se mantienen como símbolos de una época que, aunque ya pasada, nunca dejará de sonar.
La Despedida
Aunque Mi Kioskito ya no es el centro de fiestas y música en vivo que fue en sus años dorados, su impacto en la cultura del Caribe colombiano y en el Carnaval de Barranquilla sigue siendo invaluable. Víctor Reyes, su fundador y alma del lugar, dejó un legado que continúa siendo recordado en cada fiesta de carnaval y en cada acorde de la música que aún suena en las calles de Barranquilla.
Hoy, Mi Kioskito es una leyenda, y su historia se cuenta no solo a través de sus paredes y sus bailes, sino también a través de la música que surgió de su escenario. A pesar de la tragedia de la muerte de su fundador, su espíritu sigue vivo en los recuerdos y en las canciones que nacieron en su rincón especial de Barranquilla.