Un reciente estudio sugiere que tirarse pedos frente a la pareja no solo es natural, sino que podría fortalecer la relación y fomentar la confianza mutua.
Según una encuesta realizada entre 129 parejas, un 25,2% afirmó sentirse cómodas haciéndolo después de los primeros seis meses de relación. Este gesto, aunque considerado tabú, ayuda a eliminar barreras emocionales, permitiendo que ambas personas se sientan más aceptadas y unidas.
Además, investigaciones de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, indican que los gases producidos por las flatulencias podrían tener beneficios para la salud. Compuestos como el hidrógeno y el metano, presentes en estos gases, tienen propiedades que ayudan a proteger y regenerar las células, lo cual podría contribuir al tratamiento de enfermedades graves como la diabetes y problemas cardiovasculares. Este inesperado descubrimiento convierte una práctica vergonzosa en una posible herramienta para el bienestar físico y emocional.
Más allá de lo científico, los expertos coinciden en que compartir momentos embarazosos con la pareja refuerza la conexión y mejora la convivencia diaria.
Lo que antes podía ser motivo de vergüenza ahora se interpreta como una señal de confianza y comodidad en la relación.