Colombia, ese hermoso país donde la salud, la seguridad y la educación parecen no ser una prioridad, pero los congresistas gozan de un lujo insostenible.
Mientras los ciudadanos luchan por sobrevivir, ellos se acomodan en sus cómodos escritorios, disfrutando de beneficios que ni los héroes nacionales reciben. Y todo, claro, a costa del sufrimiento colectivo.
¿Sabías que tenemos más políticos que médicos, policías y bomberos juntos? Así es. Mientras la gente muere por la falta de atención médica, nuestros representantes se preocupan más por su próximo aumento salarial. Y claro, los bomberos que arriesgan la vida para salvarnos, los policías que nos protegen y los médicos que nos mantienen con vida, reciben migajas comparado con lo que se llevan los congresistas.
Miremos las cifras:
- Médicos: $2.8 millones. Estos son los que mantienen a Colombia viva, pero con sueldos insuficientes y bajo una presión constante.
- Policías: $1.6 millones. Arriesgan la vida todos los días para que podamos dormir tranquilos, pero ¿el reconocimiento? Mejor no lo mencionemos.
- Bomberos: $1.7 millones. Muchos de ellos ni siquiera cobran, trabajando como voluntarios para salvar vidas. Pero ni una palabra de agradecimiento de aquellos que se llenan los bolsillos con dinero público.
- Congresistas: $38 millones al mes. ¡Sí, leyeron bien! Mientras ustedes luchan para llegar a fin de mes, estos personajes se aseguran una jubilación de oro con tan solo 4 años de trabajo, sin tener que dar explicaciones, ni siquiera cumplir con requisitos básicos de educación. ¡Una verdadera vergüenza!
¿Qué tienen los congresistas que no tienen los médicos, los bomberos o los policías?
Lo que no tienen es decencia. Los congresistas no necesitan estudiar, no tienen que arriesgar su vida, ni siquiera se les exige un título universitario.
¿Cómo es posible que un congresista gane más que un médico, que un bombero y que un policía?
¿Acaso la vida de los colombianos no vale más que la comodidad de unos cuantos políticos?
Además, lo más indignante de todo esto es la pensión vitalicia. Los congresistas se aseguran su futuro, el de sus esposas y el de sus hijos, aunque hayan trabajado solo 4 años. ¿Y qué pasa con los ciudadanos comunes? Si a los pensionados les dicen que la bolsa de las pensiones está en peligro, ¿por qué no recortan el dinero de los políticos? ¡No tienen vergüenza!
¿Por qué no podemos exigir una reforma?
Es hora de que el Congreso cambie. Exigimos que los congresistas:
- Dejen de tener pensiones automáticas. Que solo reciban su sueldo mientras estén en el cargo, como cualquier empleado en cualquier parte del país.
- Contribuyan a la Seguridad Social. ¡Sí, como todos los demás colombianos! Ellos también deben pagar por su salud y jubilación.
- Dejen de votar por sus propios aumentos salariales. ¡Esto es absurdo! Nadie más en Colombia tiene ese privilegio.
- Se sometan al mismo sistema de salud y leyes que el resto de los ciudadanos. Porque al parecer, en su mente, ellos están por encima de todos.
El servicio en el Congreso no debe ser una carrera, debe ser un honor. ¡Que trabajen un par de legislaturas y luego busquen empleo como todos nosotros! Y si quieren seguir en el poder, que se ganen el puesto de nuevo, como cualquier persona honesta en este país.
¿Qué podemos hacer?
Si cada uno de nosotros comparte este mensaje, la reforma al Congreso podría ser una realidad. ¡Es hora de despertar, Colombia! Estamos en el borde de un colapso. Si queremos un país mejor, ¡es momento de exigirlo ya!
Recuerda, si quieres que algo cambie, la voz del pueblo es lo único que puede hacerlo.