El barrio Rebolo, ubicado en el suroriente de Barranquilla, ha sido escenario de una violencia desbordada durante los primeros días de noviembre, con un saldo trágico de cuatro muertos en menos de 10 días. Los homicidios, todos cometidos contra jóvenes menores de 33 años, han sumido al sector en una nueva ola de miedo y angustia, reflejo de las disputas territoriales entre bandas criminales que operan en la zona.
El primer crimen: Un ataque en plena noche
El 1 de noviembre, a las 10:50 p.m., Yeiner Luis Palacios De La Hoz, de 18 años, fue asesinado a balazos en la calle 24 con carrera 19, mientras se encontraba en la vía pública. Sicarios en motocicleta abrieron fuego contra él, y en el mismo ataque resultaron heridas dos personas más: Armando Sánchez Romero y Luz Dariz Carrascal Romero, ambos de 44 años. El crimen fue perpetrado en una zona conocida por su alta frecuencia de actividades delictivas, lo que genera aún más temor entre los residentes.
Segundo homicidio en menos de 24 horas
Apenas 10 horas después, en la mañana del 2 de noviembre, un nuevo hecho de sangre sacudió Rebolo. A las 6:50 a.m., Edgar Junior Romero Polo, de 23 años, fue asesinado en la terraza de su casa, ubicada en la carrera 33 con calle 17. Dos sicarios en motocicleta llegaron al lugar y abrieron fuego, dejándolo sin vida en el acto. Edgar, conocido en la zona por ser motocarrista, no logró escapar de los disparos. Los homicidas huyeron rápidamente del lugar sin dejar rastro.
El ataque a un vendedor de frutas
El 5 de noviembre, la violencia volvió a azotar a Rebolo. A las 7:30 p.m., Milton Junior Miranda Núñez, de 28 años, fue atacado a tiros en la calle 7 con carrera 28. Testigos informaron que escucharon varias detonaciones de arma de fuego y al salir a la calle encontraron el cuerpo sin vida de Milton, quien era un reconocido vendedor de frutas y verduras en la zona. Familiares de la víctima aseguraron que Milton fue abordado por los criminales con la intención de robarlo. Este asesinato refleja la creciente inseguridad que vive el barrio, donde el robo y el homicidio se han convertido en prácticas comunes.
El caso de Rudy Javier Isaza
El 6 de noviembre, otro asesinato sacudió a la comunidad de Rebolo. Rudy Javier Isaza, de 33 años, fue baleado en la carrera 28 con calle 29, cerca de su vivienda. La víctima fue trasladada al Hospital General de Barranquilla, donde, a pesar de los esfuerzos médicos, falleció el 7 de noviembre debido a las heridas graves que sufrió: un disparo en el abdomen y otro en la pierna derecha. Rudy había trabajado en la Policía Fiscal y Aduanera del Atlántico antes de dedicarse al comercio. Su muerte se suma a una serie de homicidios que siguen sin esclarecerse, dejando a las autoridades sin respuestas claras.
Un barrio en estado de alerta
Rebolo, uno de los barrios tradicionales de Barranquilla, ha vivido en los últimos años un repunte de violencia asociada a las disputas entre bandas criminales que pelean por el control del territorio. La falta de intervención efectiva y el avance de las actividades ilícitas han generado un ambiente de inseguridad que afecta tanto a los residentes como a quienes transitan por el sector.
Los cuatro homicidios en los primeros días de noviembre han puesto en evidencia la creciente preocupación de los habitantes del barrio, quienes claman por mayor presencia de las autoridades y acciones contundentes para frenar la ola de violencia. Sin embargo, hasta el momento, no se han reportado capturas relacionadas con estos crímenes, lo que aumenta la sensación de impunidad en el sector.
El clamor de la comunidad
Vecinos de Rebolo y organizaciones sociales han expresado su malestar por la falta de medidas efectivas que garanticen la seguridad en el barrio. La violencia, que ha cobrado la vida de jóvenes y personas trabajadoras, sigue generando temor y desesperanza entre los residentes, quienes piden una intervención integral para frenar el ciclo de homicidios que amenaza con seguir cobrando vidas en las próximas semanas.
Las autoridades locales y la Policía Metropolitana de Barranquilla siguen investigando los casos, pero hasta el cierre de esta publicación, no se ha dado información sobre avances en las investigaciones ni sobre personas capturadas por estos hechos de sangre.