En la noche del domingo 10 de noviembre, un violento ataque armado cobró la vida de Shirley Paula Romero Campo, una joven madre de 33 años, en un restaurante de comida rápida en el barrio Los Cedros, en el municipio de Soledad, Atlántico.
Según testigos, dos hombres a bordo de una motocicleta llegaron al establecimiento y dispararon contra Romero, quien trabajaba en el lugar. A pesar de ser trasladada con urgencia a un centro de salud cercano, los esfuerzos médicos no pudieron salvarle la vida.
Este crimen ha generado gran consternación en la comunidad, que aún no se repone del shock causado por el asesinato de una madre joven y trabajadora. La víctima, oriunda de San Juan Nepomuceno, Bolívar, deja dos hijas menores de edad que ahora enfrentan la desgarradora pérdida de su madre.
Las autoridades, que aún investigan las causas del crimen, han señalado que una de las hipótesis más fuertes es que el asesinato está vinculado con extorsión, un fenómeno delictivo que afecta a muchas zonas del Atlántico. Según las primeras versiones, el crimen podría haber sido producto de un ajuste de cuentas relacionado con bandas criminales que operan en la región.
La joven Ana Luz Nava Badillo de 21 años, quien también se encontraba en el local en el momento del ataque, resultó herida pero su condición no es grave., quien también se encontraba en el local en el momento del ataque, resultó herida pero su condición no es grave.
Este lamentable hecho, deja sobre la mesa la creciente preocupación por la violencia y la extorsión en Soledad y otros municipios del Atlántico. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por mejorar la seguridad, los casos de homicidios y ataques armados continúan siendo una amenaza constante para la población.
En respuesta a este hecho, la Policía y otras autoridades locales han intensificado las investigaciones y aseguraron que están trabajando para dar con los responsables del asesinato de Romero. Además, se han solicitado a los habitantes de la zona colaborar con cualquier información que pueda ser útil para esclarecer el crimen.
Este caso resalta la urgente necesidad de fortalecer las medidas de seguridad y combatir la creciente ola de violencia que afecta a comunidades en el Atlántico, donde tanto comerciantes como ciudadanos comunes enfrentan el riesgo de ser víctimas de grupos delictivos. La familia de Shirly Romero y la comunidad en general esperan que la justicia se haga pronto y se logre desmantelar las estructuras criminales que siembran el miedo en la región.