Por: Emilio Gutiérrez Yance
Es una perrita de raza criolla con muy buen olfato y oído, llegó a la Estación de Policía de San Jacinto, Bolívar, siguiendo los pasos de unos uniformados y desde entonces se ha convertido en una celosa centinela del lugar.
Todo comenzó cuando se encontró con los Policías en la Plaza Principal de aquel municipio ubicado en la subregión de los Montes de María y estos le ofrecieron cariño y alimento. Nadie sabe de donde vino ni como llegó.
Por instinto el animal sintió que estas personas de buen corazón podrían cuidarla. Rápidamente se ganó su confianza y fue bautizada como “Sam”. Desde hace seis meses acompaña a los uniformados en todos los turnos. Su ladrido es la voz de alerta de día y de noche.
Su fino oído le permite identificar las voces de los Policías y hasta el sonido de sus motocicletas. Su alegría al ver a un miembro de la Institución es indescriptible y se ha convertido también en la adoración de algunos vecinos que a diario le llevan comida y cuando lo requiere medicamentos.
Es una perrita curtida ya por los años, aprendió a sobrevivir en las calles y ahora pasa sus días al cuidado de los agentes quienes le dieron otra mejor calidad de vida. “Sam” ya es de la familia.
Ahora para los Policías saludarla y acariciarla ya es parte de su día a día, alimentarlo y verlo correr, se ha convertido en una motivación más para continuar trabajando por la protección y cuidado de los animales.