Un lamentable episodio de violencia empañó la salida de la delegación de Millonarios tras su empate 0-0 contra Junior en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, en la jornada más reciente de la Liga BetPlay. Mientras el equipo capitalino se dirigía hacia el aeropuerto Ernesto Cortissoz para tomar su vuelo de regreso a Bogotá, el bus que transportaba a jugadores y cuerpo técnico fue atacado por desconocidos.
Según informaron fuentes cercanas al club, durante el trayecto por las calles de la ciudad, varios sujetos se acercaron al vehículo y, sin mediar palabra, comenzaron a lanzar objetos, rompiendo los vidrios del bus. Este acto de agresión generó momentos de gran tensión, especialmente entre los jugadores y el cuerpo técnico, quienes se vieron sorprendidos y asustados por el ataque.
Afortunadamente, no se reportaron personas heridas como consecuencia del ataque, aunque los daños materiales al bus fueron significativos. Las autoridades locales fueron rápidamente notificadas del incidente, y se ha abierto una investigación para dar con los responsables de este hecho violento.
Este ataque se produjo después de un empate sin goles entre Millonarios y Junior en un partido que, si bien estuvo marcado por la rivalidad deportiva, no justifica bajo ningún concepto actos de violencia fuera de la cancha. El club Millonarios expresó su rechazo a este tipo de comportamientos y reiteró su llamado a la convivencia pacífica y al respeto entre los hinchas de ambos equipos.
La agresión al bus de Millonarios es otro triste recordatorio de la violencia que persiste en algunos sectores del fútbol colombiano, y que pone en riesgo la seguridad de jugadores, directivos y aficionados. Las autoridades de Barranquilla han asegurado que se tomarán medidas para reforzar la seguridad en torno a los eventos deportivos y evitar que situaciones como esta se repitan.
El club capitalino, por su parte, agradeció el apoyo de los hinchas y pidió que estos actos de violencia no empañen el fútbol, un deporte que debe ser una fiesta para la familia y no un escenario de agresión.