Un policía que ha optado por el diálogo y la reconstrucción de la confianza en lugar de enfocarse solo en la represión.
Por: Emilio Gutiérrez Yance
El Intendente Gustavo Hincapié Vasco, reconocido como el Mejor Policía de Colombia en la categoría de Liderazgo Comunitario, se destaca por su incansable lucha contra la criminalidad y su compromiso con el mantenimiento del orden público. Este prestigioso galardón, otorgado por la Fundación Corazón Verde desde hace 24 años, es un fiel testimonio no sólo de su heroísmo en situaciones de riesgo, sino también de su capacidad para innovar y aplicar las mejores prácticas en gestión comunitaria.
El reconocimiento celebra no solo su trayectoria, sino también la importancia de construir comunidades seguras a través del respeto y el servicio genuino.
En las cálidas tierras del Magdalena Medio, donde la historia de la violencia y la lucha por la paz se entrelazan, Hincapié ha hecho del servicio comunitario su bandera. Nació hace 42 años en Tamesis, Antioquia, en un hogar humilde, donde su padre, Luis Alberto Hincapié Murillo, un campesino tenaz, y su madre, Maria Vasco Ospina, una mujer de espíritu indomable, le enseñaron el valor del trabajo y la honradez. Desde pequeño, comprendió que la vida no sería fácil, pero su determinación por superarse lo llevó a forjar un camino de servicio y compromiso.
Siendo el mayor de dos hermanos, desde los siete años, comenzó a trabajar en el campo, recogiendo café y ayudando en labores de construcción. A pesar de las dificultades económicas, nunca abandonó sus estudios, logrando graduarse de la secundaria en el Instituto Técnico Agrícola de su pueblo. Sin embargo, fue un encuentro fortuito el que encendería su vocación: al salir de su jornada laboral en Bello, Antioquia, vio a un policía ayudando a una anciana a recoger su mercado. Este gesto de humanidad lo inspiró a convertirse en parte de una institución capaz de marcar la diferencia.
Con esfuerzo y dedicación, logró ser admitido en la Escuela de Policía, donde se graduó como patrullero en 2006. Su trabajo inicial en Medellín lo expuso a situaciones de riesgo, pero fue su traslado al Magdalena Medio lo que marcó un punto de inflexión en su vida. Allí, lejos de su familia y enfrentando un clima opresivo, decidió construir puentes entre la policía y la comunidad, optando por el diálogo en lugar de la represión.
En 2011, su labor en la Policía Comunitaria brilló por su creatividad y compromiso social. Organizó una fiesta de cumpleaños para un joven con parálisis cerebral que soñaba con ser policía; un evento que no solo cumplió un sueño, sino que también mostró la capacidad de la policía para tocar vidas. Este tipo de iniciativas lo hicieron merecedor del título de «El Policía del Pueblo», un reconocimiento que resonó en los corazones de quienes servía.
El 2013 fue crucial. En medio de un desalojo, fue agredido, pero en lugar de rendirse, continuó su lucha por el diálogo y la paz. En 2015, ya como subintendente, enfrentó el desafío de liderar un grupo de reacción motorizada, convirtiendo a sus compañeros en un equipo humanitario, efectivo y comprometido con los derechos humanos.
Desde 2019, Hincapié ha liderado el Grupo de Derechos Humanos en Magdalena Medio, trabajando incansablemente por la promoción de los derechos de las poblaciones vulnerables, facilitando diálogos de reconciliación y ayudando a construir viviendas para los más necesitados. Su enfoque en la inclusión y la equidad de género ha marcado una diferencia tangible en la región.
A través de sus acciones, ha logrado reconocimiento no solo dentro de la Policía Nacional, donde ha recibido más de 19 condecoraciones, sino también en la sociedad civil. Su labor durante el Paro Nacional en 2021 le valió homenajes en medios nacionales, convirtiéndose en un símbolo de la policía que la ciudadanía desea: empática y comprometida.
«Este premio no solo representa un reconocimiento a la honestidad y la dedicación en mi labor, sino que también simboliza el profundo respeto que he ganado a lo largo de los años. Es un momento de muchas emociones, un orgullo inmenso representar a una institución que se esfuerza por ser un pilar en la comunidad. Mi mayor desafío ahora es continuar construyendo un país en paz, trabajando con humildad y vocación, y manteniendo siempre un profundo respeto por las comunidades a las que servimos. Es esencial que sigamos llegando a esos rincones apartados donde la presencia del Estado aún no ha podido hacerse sentir, porque cada esfuerzo cuenta en la construcción de un futuro más justo y equitativo para todos», anotó Hincapie convencido de que no se equivocó al elegir ser policía.
En un país donde las cicatrices del conflicto aún son visibles, la historia de Gustavo Hincapié se convierte en un gran ejemplo de vida. Su trabajo y dedicación demuestran que, a pesar de las adversidades, es posible construir un futuro mejor, donde el amor y el servicio al prójimo son las verdaderas herramientas para la transformación social. Hincapié, un verdadero luchador y soñador, sigue dejando huellas imborrables en el corazón de su comunidad, reafirmando que el cambio comienza con un acto de bondad.