Por David Awad V.
Albert Einstein, el emblemático físico que cambió nuestra comprensión del universo, dejó un legado no solo en la ciencia, sino también en sus diarios de viaje, donde se revelan sus pensamientos más íntimos. Aunque nunca tuvo la intención de publicarlos, sus anotaciones nos brindan una mirada única a sus impresiones sobre los lugares que visitó, incluyendo Sudamérica en 1925.
En sus escritos, se observa una tensión entre su imagen pública de humanista progresista y algunos de sus comentarios privados que desvelan prejuicios y estereotipos. Según Ze’ev Rosenkranz, historiador y editor de los diarios, estas contradicciones son un reflejo de su educación y perspectiva centroeuropea, a menudo marcada por el elitismo y la superioridad cultural.
Argentina: Encuentros y Desencuentros
Al llegar a Argentina, Einstein experimentó una mezcla de admiración y desilusión. Apreció la infraestructura académica y el interés de los jóvenes por la ciencia, pero sus primeras impresiones positivas se tornaron sombrías. Su lenguaje se volvió crítico, describiendo a los argentinos con adjetivos como “displicentes” y “estúpidos”. Esta valoración despiadada parece anclarse en estereotipos que había traído consigo y que se reforzaron a lo largo de su estancia.
En una carta a su esposa, se refirió a la población nativa de manera despectiva, lo que resalta su tendencia a generalizar y a ver a los otros a través de un prisma de prejuicios. Si bien mostró interés por la cultura, sus comentarios sobre la superficialidad de Buenos Aires revelan un juicio que trasciende su experiencia personal.
Uruguay: Un Oasis de Cordialidad
En contraste, Uruguay lo cautivó. Einstein describió a sus habitantes como genuinamente amables y modestos, reflejando su aprecio por un país pequeño que encarnaba, en su opinión, un modelo de bienestar social admirable. En sus notas, celebró la separación del Estado y la religión, y expresó su admiración por la sencillez y el amor a la tierra de los uruguayos, un sentimiento que contrasta con sus observaciones sobre Argentina.
Brasil: Belleza y Deshumanización
Brasil presentó a Einstein una ambivalencia similar. Aunque se maravilló con la naturaleza y la diversidad étnica, sus descripciones a menudo deshumanizaban a la población. Frases como “aquí soy una especie de elefante blanco para los demás” revelan un desdén paternalista. La idea de que el clima tropical afectaba las capacidades cognitivas de la población refleja un determinismo geográfico que desconoce la complejidad cultural de la región.
Un Legado Controvertido
Los diarios de Einstein nos obligan a confrontar la dualidad de su legado. A pesar de sus pensamientos prejuiciosos, su vida posterior estuvo marcada por un activismo contra la discriminación y el racismo, lo que sugiere una evolución en su perspectiva. La publicación de estos escritos nos invita a reflexionar sobre la humanidad de quienes reverenciamos, recordándonos que todos podemos albergar sombras en nuestras concepciones.
La obra de Rosenkranz nos ofrece una oportunidad para explorar no solo la figura de Einstein como científico, sino también como un ser humano complejo, en constante búsqueda de entendimiento y cambio. Su viaje a Sudamérica se convierte, así, en un espejo que refleja no solo el contexto social y cultural de la época, sino también la capacidad de las personas para crecer y desafiar sus propios prejuicios.