El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha anunciado un incremento en el precio del galón de ACPM de seis mil pesos, implementado en etapas de dos mil pesos cada una. Este aumento llevará el precio del diésel a niveles superiores al precio internacional, a pesar de que Ecopetrol, la principal productora del país, tiene costos de producción significativamente más bajos.
Este ajuste en el precio del ACPM, esencial para el transporte de carga y pasajeros en Colombia, podría tener repercusiones profundas en la economía. El diésel es crucial para la mayoría de las actividades económicas, ya que afecta los costos de transporte de bienes y servicios. Un aumento en su precio tiene el potencial de encarecer productos básicos, como alimentos y artículos de uso diario, impactando directamente a los sectores populares.
El aumento previsto en el costo del ACPM también podría afectar negativamente a una amplia gama de industrias, dado que el diésel representa entre el 31 y el 41 por ciento del costo operativo de camiones, buses y volquetas. Este sector está dominado por pequeños propietarios de vehículos, que podrían enfrentar dificultades significativas debido al aumento de costos. Además, el incremento en el precio del diésel impactará los pasajes de bus, que constituyen entre el 10 y el 25 por ciento del gasto familiar en transporte.
Se estima que el costo anual del ACPM podría aumentar de 21 a 34 billones de pesos, trasladando un gasto adicional de 13 billones de pesos a los consumidores y empresas. Este aumento también se espera que impulse la inflación y, por ende, eleve las tasas de interés de los créditos, afectando la capacidad de las personas y las empresas para competir en el mercado global.
La medida ha sido criticada por su potencial impacto negativo en la economía y por la percepción de que podría ser una forma de aumentar los ingresos del presupuesto nacional sin considerar las consecuencias para la industria y los consumidores. La propuesta ha sido interpretada por algunos como una estrategia para maximizar los ingresos del gobierno a expensas de la estabilidad económica de los ciudadanos y las empresas.
Este enfoque ha generado preocupaciones sobre su viabilidad y el impacto en el desarrollo económico sostenible del país. Los críticos argumentan que un aumento tan significativo en el precio del ACPM podría desincentivar la producción y el desarrollo de la industria petrolera nacional, además de afectar la capacidad de Ecopetrol para contribuir al presupuesto nacional.
Se cuestiona si el gobierno está considerando adecuadamente las consecuencias a largo plazo de esta política, especialmente en un contexto de creciente preocupación por la estabilidad económica y la competitividad del país.