La reciente decisión del gobierno de incrementar el precio del diésel en $1.904, elevando el costo final promedio a $11.360 hasta final de año, ha generado una ola de preocupación entre transportadores y comerciantes. El aumento del 9% en el valor de los fletes, como resultado del ajuste, afectará de manera significativa los precios de la canasta básica y podría contribuir a una “superinflación”.
Henry Cárdenas, presidente de Fedetranscarga, expresó en un comunicado la frustración del sector por la medida. A pesar de los esfuerzos del gremio para proponer un ‘Precio Colombia’, que consideraba el alto porcentaje de ACPM producido internamente, el gobierno optó por mantener el ajuste. “Dimos lo mejor de nosotros, pero el gobierno tomó la decisión. Que no nos juzguen a nosotros por lo que pueda suceder con los precios”, comentó Cárdenas.
Por su parte, Alfonso Medrano, presidente de la Red Unidos, destacó dos posibles consecuencias del aumento: un incremento en la inflación si los generadores de carga ajustan los fletes, o la quiebra de los pequeños transportadores si no se reconoce el alza. “El pequeño transportador es el más débil de la cadena y está en riesgo de colapsar”, advirtió Medrano.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, también expresó su preocupación, subrayando el impacto negativo del aumento en el costo de vida. Cabal indicó que la decisión unilateral del gobierno, que ha llevado el precio del diésel de 9 mil a 15 mil pesos (un aumento del 66.66%), agrava la situación económica. “Esta decisión muestra la poca voluntad de diálogo del Gobierno en temas que afectan a todos los colombianos”, afirmó.
Cabal explicó que el incremento en los combustibles afectará directamente el costo de los alimentos y otros bienes, elevando los precios en tiendas, supermercados y restaurantes. “El impacto será demoledor para el comercio y elevará los costos logísticos, incrementando los gastos desde la obtención de mercancía hasta la entrega final”, concluyó Cabal.
Con el aumento del diésel, los sectores del transporte y comercio enfrentan un panorama complicado, con consecuencias potencialmente serias para la economía nacional y el bienestar de los ciudadanos.