Barranquilla en el “País de las Maravillas”: entre extorsiones, asesinatos, atracos y grandes obras como cortinas de humo

Este domingo, el alcalde Alejandro Char desplegó toda una gala en redes sociales para inaugurar el ‘Sector Nativo’ del Gran Malecón, una obra que va desde la calle 72 hasta la estatua de Shakira. Por supuesto, este nuevo espacio público es una prioridad absoluta en una ciudad que no enfrenta problemas más urgentes como la inseguridad desbordada, ¿verdad?

Para aquellos que no lo saben, el Gran Malecón parece estar en competencia para un Nobel inexistente, el “premio nobel del Malecón”. Tal vez el alcalde sueñe con este galardón mientras los ciudadanos sueñan con una ciudad segura. Y si Alejandro Char desea realmente recibir ese prestigioso “Malecóndico”, tendrá que crearlo él mismo y promoverlo con sus expertos en redes sociales a través de sus agencias de streamers.

Es impresionante cómo una serie de inauguraciones pueden servir de cortina de humo para ocultar lo evidente: la inseguridad que se apodera de la ciudad sin una respuesta contundente por parte de las autoridades. Mientras tanto, los ciudadanos de Barranquilla deben conformarse con la “Cachucha Bacana” de Tulio Zuluaga, que no es más que una canción pegajosa, y la cachucha del alcalde, que ya está bastante sudada de tanto inaugurar espacios inútiles.

Esperemos que con el anuncio de hacer una nueva estatua para Sofia Vergara en el Malecón, no se llegue al colmo de crear una estatua al crimen, pues Barranquilla terminará siendo conocida a nivel mundial no solo por nuestra cantante emblemática Shakira o esta actriz extraordinaria, sino por una inseguridad que parece no tener cura ni ley.

Así como los consejeros juveniles le fueron directos al presidente Petro para dejar de lado sus discursos populistas, desde esta tribuna se invita al mandatario de los barranquilleros a cambiar su postera indiferente ante lo que viene atravesando la ciudad que a gritos clama seguridad y justicia.

En una realidad donde las extorsiones, asesinatos, atentados, amenazas y atracos son el pan de cada día, tal vez es hora de que el alcalde Char se ponga una gorra nueva, una que no solo tape el sol sino también los problemas reales de la ciudad.