Una discoteca al norte de Barranquilla sería el blanco de los sicarios capturados con AK-47

La alerta del ingreso de siete sicarios fuertemente armados a Barranquilla tenía inquieta a las autoridades de la capital del Atlántico por un presunto atentado que se iba a ejecutar en los próximos días.

Según información de inteligencia, los hombres llegaron a esa ciudad el pasado 3 de mayo y no se tenía pista de su ubicación hasta que fuentes humanas dieron aviso del ingreso de siete sospechosos a un apartamento en el exclusivo barrio Los Alpes, al norte de Barranquilla.

Esa información fue clave para que se iniciara el operativo y rastrear los movimientos de los sicarios que se hacían pasar por turistas, pero que en realidad estaba haciendo inteligencia en la zona.

​En efecto, en una operación desplegada por la Sijín de la policía de Barranquilla, se logró la captura los siete sujetos identificados como:

  • Marlon Mario Chica Ochoa
  • Yosimar Alexánder Mejía Buelvas
  • Miguel Ángel Cabrera Jaramillo
  • Fernando Gómez Gómez
  • David Enrique Bermejo Buelvas
  • Leonardo Fabio Zambrano Ascendia
  • Emiro Rafael González Rodríguez

Todos con anotaciones judiciales por delitos como homicidio, porte ilegal de armas, tráfico de estupefacientes, hurto calificado y fuga de presos.

​Además, se logró la incautación de un fusil AK-47, dos proveedores de fusil, 42 cartuchos calibre 7.62, dos pistolas marca Glock con dos proveedores, una pistola marca Stoeger Cougar con un proveedor y 49 cartuchos 9 milímetros.

Tras un peritaje forense a los 11 celulares, se pudo determinar que a través de los aparatos los sicarios eran contactados por otro hombre que les daba las indicaciones para ejecutar el plan.

En los próximos días, los siete sujetos iban a efectuar un atentado en una reconocida discoteca ubicada en el norte de Barranquilla, muy cerca de donde fueron capturados. Por el tipo de armamento que llevaban puede tratarse de un ataque a una persona que se mueve en una camioneta blindada”, dijo un investigador del caso.

Y agregó: “No se descarta que se trate de una vendetta por rutas del narcotráfico en el Caribe. Aunque en los mensajes que recibían los capturados no se identificaba a la presunta víctima, puede tratarse de un cabecilla de otra estructura criminal”.