El laboratorio AstraZeneca admitió en documentos legales que su vacuna contra el COVID-19 podría “en casos muy raros, causar TTS”, es decir, síndrome de trombosis con trombocitopenia, que provoca que las personas tengan coágulos de sangre y un recuento bajo de plaquetas en sangre.
“Se admite que la vacuna AZ puede, en casos muy raros, causar TTS. Se desconoce el mecanismo causal. Además, el TTS también puede ocurrir en ausencia de la vacuna AZ (o cualquier vacuna). La causalidad en cualquier caso individual será materia de prueba pericial”, alegó el laboratorio.
El Tribunal Superior del Reino Unido recibió la presentación de 51 casos de personas que afirman haber sufrido estos cuadros o sus familiares, en el contexto de una demanda colectiva que se inició en el Reino Unido, donde establecen que el fármaco habría sido el causante de lesiones graves.
Sobre esto la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió en 2022 las anotaciones del Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas relacionadas con los efectos secundarios del fármaco de AstraZeneca.
El documento advertía sobre un “nuevo tipo de evento adverso muy raro, conocido como síndrome de trombosis con trombocitopenia, tras la administración de esta vacuna. Este síndrome comporta alteraciones de la coagulación sanguínea graves y poco frecuentes asociadas a recuentos plaquetarios bajos. En los países en que actualmente se registra transmisión del SARS-CoV-2, las ventajas de vacunarse superan con creces los riesgos″.
AstraZeneca, laboratorio que distribuyó las dosis a nivel global en el marco de la emergencia sanitaria, fue un actor importante en la prevención de hospitalizaciones y muertes. El biológico de la compañía británica salvó 6.3 millones de vidas.
