Unicef ha lanzado una alerta sobre la dramática situación humanitaria en Gaza, donde cientos de camiones con alimentos y asistencia vital para la población aguardan en el cruce fronterizo con Egipto sin recibir autorización de Israel para ingresar.
James Elder, portavoz de Unicef, describió la escena en Rafah, el único cruce por el que Israel permite la entrada limitada de ayuda humanitaria, como “totalmente irreconocible”, con carpas en todas las calles y una situación desesperada para las familias y los niños. La falta de saneamiento adecuado es alarmante, con un baño por cada 850 personas y solo una ducha disponible para cada 3.600 habitantes.
La población de Gaza ha sufrido desplazamientos masivos, convirtiendo a Rafah en una “ciudad de niños” con alrededor de 600.000 menores viviendo en condiciones extremadamente precarias.
Además, Israel ha amenazado con lanzar una ofensiva sobre Rafah, alegando que el grupo islamista Hamás ha trasladado allí sus operaciones, lo que podría empeorar aún más la situación humanitaria.
La escasez de alimentos y agua potable es alarmante, con solo 1 litro de agua por persona al día, muy por debajo de los 15 litros considerados como mínimos en crisis humanitarias.
La decisión del Gobierno israelí de dejar de trabajar con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) agrava aún más la situación, ya que esta agencia es el principal actor humanitario en Gaza y brinda apoyo a la mayoría de la población en estas circunstancias críticas.
