Atlántico sur sin agua y contaminado

Por David Awad V.Informe especial

El Sur del Atlántico, específicamente en lo relacionado con el servicio de agua potable y tratamiento de aguas residuales, atraviesa una crisis inconcebible, que se expresa de diferentes maneras. Ya porque el servicio de agua potable es deficiente o porque sus plantas de tratamiento de aguas residuales, por falta de tratamiento, disponen directamente en sus cuerpos de agua y en los canales de drenaje, riego y reservorios, para uso de actividades agropecuarias, agrícolas y pesqueras.

Desde el 2019 se vienen presentando reclamos por estos servicios, en las comunidades de los municipios del sur, Campo de la Cruz, Manatí, Candelaria, Repelón, Luruaco y sus corregimientos y veredas. Todo esto a pesar de las grandes y millonarias, en miles de millones de pesos, inversiones que se han realizado en la subregión y cuyos resultados, parecen ser inversamente proporcionales a las mismas. A más inversiones, menor calidad en la prestación de los servicios. Es decir, mayor contaminación o deficiencia en la prestación de los mismos.

Abundantes y alarmantes informes sobre esta materia, no resultaron suficientes, para que las “autoridades competentes”, hayan atendido el problema con eficiencia, en simple cumplimiento de los mandatos de la Constitución y en la dirección de los fines del Estado Social de derecho. Igual comentario podemos hacer de los “organismos de control”, cuyas omisiones han facilitado tan aberrante situación.

La prestación de los servicios públicos de acueducto y alcantarillado de los municipios del sur del Atlántico, incluyendo el tratamiento de sus aguas residuales, fue entregado en operación a la empresa  AQSur (aguas del sur del Atlántico), durante la primera administración del Gobernador Eduardo Verano. Hoy, con el mismo contrato de operación, ese servicio está bajo la responsabilidad operacional de AQUALIA S. A. E S P., nuevo dueño del contrato de prestación del servicio de Acueducto y alcantarillado, para esos municipios.

Las voces de los nuevos alcaldes se empezaron a escuchar. Sus requerimientos son elementales y la necesidad de atender el asunto y resolver la problemática, urgente. Hora es de decirles a ellos, que también tienen responsabilidades en la solución y atención del problema. Incluso, que la situación actual pasa por el poco compromiso de los entes territoriales, el Gobierno Nacional y los organismos de control, con servicios tan importantes, cuyas graves omisiones resultan prevaricadoras.

Así se evidenció en un video informativo del 2019, donde se relacionan algunos de los municipios del sur del departamento del Atlántico con el estado de sus sistemas de tratamiento de aguas residuales.

Los municipios involucrados son Manatí, Repelón, Luruaco, Candelaria, Carreto y Campo de la Cruz.

Manatí: contaminación descontrolada y fallo del sistema

La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Manatí, que consta de cuatro lagunas de tratamiento, se encuentra en un estado crítico.

En septiembre pasado, el sistema de bombeo colapsó, resultando en la liberación descontrolada de aguas residuales sin tratar durante al menos cuatro meses. A pesar de que la empresa operadora instaló una nueva bomba en febrero, un sobrevuelo con dron reveló un flujo de agua de color negro en el canal, confirmando la falta de tratamiento. La contaminación resultante afecta gravemente la flora, la fauna y las actividades económicas locales.

Repelón: PTAR incompleta y desprotegida

La PTAR de Repelón, originalmente diseñada para seis lagunas, solo cuenta con tres construidas. Los taludes presentan daños y vegetación no deseada, indicando falta de mantenimiento. A pesar de haber sido construida hace varios años, la planta nunca se puso en operación. Actualmente, se está elaborando un documento para la rehabilitación, pero se estima que solo podrá tratar el 20 al 40% del agua residual generada por el municipio.

Luruaco y Candelaria: tratamiento deficiente y desbordamientos peligrosos

En Luruaco, la laguna de tratamiento exhibe una coloración anormal, evidenciando un tratamiento deficiente que afecta la salud ambiental. En Candelaria, cuando el sistema electromecánico está fuera de servicio, la alcantarilla de rebosamiento libera agua residual contaminando áreas circundantes. Las aguas bombeadas inundan terrenos, generando molestias y propagando patógenos.

Carreto: abandono total del sistema

El sistema en Carreto, que incluye una estación de bombeo y una laguna de tratamiento, ha sido abandonado y se encuentra en estado de deterioro avanzado. A pesar de haber sido construido con capacidad para operar, nunca se utilizó. Las tres lagunas de estabilización carecen de la protección necesaria y sus taludes requieren rehabilitación urgente.

Campo de la Cruz: avances en la estación de bombeo, pero desafíos pendientes

La estación de bombeo en Campo de la Cruz está en funcionamiento, y se está construyendo una segunda etapa de la laguna de tratamiento. Sin embargo, aún persisten desafíos para garantizar su eficacia y sostenibilidad.

Este informe resalta la gravedad de la situación y subraya la urgente necesidad de intervención por parte de las autoridades competentes y locales. La inacción compromete seriamente la responsabilidad de quienes deben abordar y resolver este problema crítico.