En medio de un asombroso escenario de megatrasteo, se ha desatado una preocupante ola de mudanzas en oficinas del orden distrital, generando interrogantes sobre el control y supervisión de los objetos que entran y salen de estos edificios públicos.
En los últimos días, la presencia de camionetas y camiones cargados con equipos, cajas e incluso el insólito “balde de la mecha“, ha captado la atención de la ciudadanía y levantado cuestionamientos sobre la transparencia en estos procesos de traslado.
La imagen capturada por testigos revela la magnitud de estas mudanzas, llevando la preocupación a niveles inesperados. Ante este panorama, surge la pregunta crucial: ¿quién supervisa y controla lo que entra o sale de los edificios públicos?
Se plantea la necesidad de contar con una rigurosa bitácora por parte de las empresas de vigilancia encargadas, certificando detalladamente cada elemento que abandona las instalaciones. La falta de un registro adecuado alimenta la incertidumbre y la posibilidad de irregularidades en estos procesos.
“Ahí tienen su h&!ta casa pintada”.
Este fenómeno ha llevado a la comparación con escenas de la famosa película “La Estrategia del Caracol”, donde la mudanza se convierte en un acto caótico y simbólico. La referencia a “Fuerza Ciudadana” y la pintura de una casa en Santa Marta resuena como un recordatorio satírico de la necesidad de mantener el control y la transparencia en la gestión pública.
