En una nueva operación de desalojo, llevada a cabo en el distrito de Riohacha, decenas de familias pertenecientes a la comunidad wayuu Jarinjinamana fueron desplazadas, dejándolas sin un lugar donde vivir. La intervención tuvo lugar en un lote ubicado en la vía Riohacha a La Florida, cercano al basurero, y fue ejecutada por el grupo especial de la Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), conocido anteriormente como ESMAD.
Esta acción respondió a la recuperación del lote, que es propiedad privada del escritor Jorge Sprockel, quien había emitido tres notificaciones previas solicitando el desalojo de las familias. Según líderes de la comunidad, estas tierras les pertenecen por ser parte de su patrimonio ancestral.
José Silva, director de la ONG Nación Wayuu, expresó la angustia de los líderes y miembros de la comunidad, quienes solicitan auxilio debido a la pérdida de sus viviendas y territorios. En sus declaraciones, calificó la administración distrital liderada por José Ramiro Bermúdez como “nefasta”.
Es importante destacar que estas decisiones son de índole jurídica y no administrativa; los desalojos se llevan a cabo en cumplimiento de órdenes judiciales. No obstante, Silva enfatizó que durante la actual administración se han permitido cuatro desalojos de comunidades wayuu. Este suceso subraya la creciente preocupación por la situación de las comunidades indígenas y la necesidad de abordar estas problemáticas de manera integral y respetuosa con los derechos fundamentales.
